La ardua búsqueda de dignidad, integración y salario de migrantes

Migrantes en las calles de Casablanca, Marruecos. Crédito: Cortesía: Alié Dior Ndour.
Migrantes en las calles de Casablanca, Marruecos. Crédito: Cortesía: Alié Dior Ndour.

La palabra “dignidad” fue muy utilizada durante la conferencia del Pacto Mundial sobre Migración, y cuando eso pasa, puede llegar a perder sentido. Pero en las calles de Marruecos, sigue muy vigente, en especial para los migrantes en busca de trabajo.

La conferencia intergubernamental para adoptar el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular se llevó a cabo en Marrakech, Marruecos, los días 10 y 11 de este mes.

Cuando los migrantes encuentran dignidad y trabajo, su situación cambia de forma radical.

“A pesar de las dificultades que encontré al principio, por estar en una situación irregular, ahora trabajo para una compañía de comunicaciones tras una iniciativa lanzada por las autoridades marroquíes para dar permiso de residencia a decenas de miles de inmigrantes que estaban en el país de forma ilegal”, explicó Ahmadou, nigeriano que reside en Marruecos desde hace cinco años.

Al principio, estaba decidido a llegar al presunto El Dorado que era Europa para muchos migrantes. Pero ahora la situación es diferente. La integración profesional es clave, según Ahmadou. Si no tienes trabajo, entonces la ambición de llegar a Europa nunca desaparecerá.

“Puedo pagarme lo que necesito para vivir, en especial una vivienda”, indicó Ahmadou. “Por supuesto, hay inmigrantes que sufren porque no tienen la capacitación necesaria o porque algunas compañías priorizan a los ciudadanos (de este país)”, explicó.

En medio de las disputas internacionales, con una creciente lista de países que se abstuvieron de adherir al pacto sobre migraciones, finalmente fue suscrito por 164 Estados, que apuestan a lograr una migración “segura, ordenada y regular”.

El pacto buscar asegurar que se protejan los derechos de los migrantes desde una perspectiva de gestión conjunta de los desplazamientos humanos entre los países de origen, de tránsito y de llegada.

Mantener la dignidad apunta a subrayar ese esfuerzo, tanto para los migrantes como para los países implicados, al fijar una serie de principios que impulsan la integración de los migrantes en las sociedades, a la vez que respeta la total soberanía de los Estados en la aplicación de políticas nacionales para atender este asunto.

De hecho, el pacto no es vinculante, sino que invita a los países a “desarrollar un objetivo nacional de corto, mediano y largo plazo para la inclusión de migrantes en las sociedades, que incluye la integración en el mercado laboral, la reunificación de las familias, la educación, la no discriminación y la salud, con la posibilidad de impulsar alianzas con actores relevantes”, señala.

El proceso de integración ha resultado arduo en muchos países, en especial a la hora de emplear a los migrantes, lo que deriva en un gran desempleo. Alemania se volvió un poco modelo de esas tensiones tras recibir a cientos de miles de migrantes y refugiados de países con conflictos armados.

Y aun si encuentran trabajo, en Europa, los migrantes tienen mayores probabilidades de tener un empleo temporal. Con el tiempo, las diferencias laborales entre los ciudadanos y los extranjeros se reducen en muchos países, e incluso desaparece en la tercera parte de los casos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.[related_articles]

Marruecos está en una posición similar a la de los países europeos al pasar de ser un país de origen y tránsito a ser ahora también de destino.

Así pues, las autoridades marroquíes lanzaron un programa a través de su Agencia Nacional para la Promoción del Empleo y las Competencias (Anapec), a fin de facilitar el acceso a la asistencia para la búsqueda de empleo, y promover la equidad laboral dentro de las compañías.

Su objetivo es garantizar una vida honrosa y digna para los migrantes que regularizaron su situación garantizándoles un acceso equitativo al mercado laboral. Sin embargo, el número de migrantes y de refugiados que lograron insertarse es reducido.

Es común ver jóvenes de varios países de África occidental deambular por las calles en la zona de la icónica plaza Jemaa el-Fnaa y el mercado del barrio Medina, pavoneando sus teléfonos celulares, relojes, gafas de sol y camisetas de vivos diseños.

Por ello, aumentan los reclamos de aumentar los servicios de Anapec, así como los beneficios disponibles para los migrantes, además de movilizar y estimular el microcrédito para asistirlos a realizar actividades generadoras de ingresos, además de mejorar las comunicaciones para incentivar al sector privado a que contrate migrantes.

“Parlez-vous Français? (¿Habla usted francés?)”, pregunta un migrante emocionado, sentado en una alfombra donde expone lo que tiene a la venta, con la esperanza de atraer a algún posible cliente. Pero le responden con un movimiento de cabeza negativo y una disculpa en francés de un niño. Mientras, sigue esperando a que aparezca otro interesado.

“Continuar a mejorar las condiciones de acceso a los servicios públicos de los migrantes y el goce de sus derechos, como a tener un trabajo decente, llevará a muchos migrantes a cumplir sus sueños aquí sin la necesidad de desafiar las olas de la muerte cruzando el mar Mediterráneo”, comentó Ahmadou, esperanzado.

Traducción: Verónica Firme

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