Comunidad mexicana exige alternativa sostenible a energía sucia

La Central de Ciclo Combinado Centro, situada en la comunidad de campesinos nahuas de Huexca, en el centro de México, está prácticamente lista para operar, pero los pobladores de la zona lograron paralizar su apertura por la contaminación que puede ocasionar y proponen usar la instalación para una fábrica de paneles solares. Crédito: Emilio Godoy/IPS
La Central de Ciclo Combinado Centro, situada en la comunidad de campesinos nahuas de Huexca, en el centro de México, está prácticamente lista para operar, pero los pobladores de la zona lograron paralizar su apertura por la contaminación que puede ocasionar y proponen usar la instalación para una fábrica de paneles solares. Crédito: Emilio Godoy/IPS

Organizaciones sociales del municipio de Yecapixtla, en el centro de México, lograron detener la construcción de una gran planta termoeléctrica en la localidad y ahora diseñan un proyecto para convertir la instalación en una fábrica de paneles solares, que daría dividendos socioeconómicos y ambientales a la zona.

Antonio Sarmiento, del Instituto de Matemáticas de la pública Universidad Nacional Autónoma de México, delineó la idea cuando la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) puso en marcha la construcción del Proyecto Integral Morelos (PIM), que consta de la planta generadora a gas y vapor, un gasoducto que atraviesa los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala, y un acueducto.

“Se puede reconvertir la planta. Existen alternativas de uso. Se puede generar un importante desarrollo económico en la región y posibilitar el cambio energético”, aseguró a IPS el especialista, quien calcula una inversión de unos 260 millones de dólares.[pullquote]3[/pullquote]

Sarmiento calcula que el uso de la mitad del área de la Central de Ciclo Combinado Centro,  que ocupa 49 hectáreas en la comunidad de Huexca y con capacidad de 620 megavatios (MW), permitiría la instalación de celdas fotovoltaicas, la siembra de cultivos debajo de esos dispositivos y la fábrica de paneles.

La actividad agrícola, basada en la llamada tecnología agrofotovoltaica,  aprovecharía el agua retenida por los paneles y que caería sobre las plantas, sin llegar a evaporarse, como se practica en naciones como Alemania. Además, las celdas podrían alimentar también las bombas hídricas con las cuales los agricultores extraen el líquido de pozos en la zona.

Para esa superficie de celdas, con una vida útil de 25 años, la generación sumaría 359 MW-hora por día, que satisfaría el consumo de 34.278 viviendas. El fluido generado abastecería al municipio y reemplazaría energía proveniente de plantas a base de carburantes fósiles, explicó el académico.

Huexca, sede de la paralizada Central, a unos 100 kilómetros al sur de Ciudad de México, está poblada por unos 1.000 habitantes, la mayoría indígenas nahua, parte del total de 52.000 personas que viven en Yecapixtla.

La transformación evitaría el consumo de gas, la fuga de metano, el uso masivo de agua, la generación de residuos líquidos y el lanzamiento a la atmósfera de óxido nitroso, causante de la lluvia ácida que contamina el suelo y destruye los cultivos.

La lucha de pobladores afectados

Mediante varios amparos judiciales, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala y su aliada, la Asamblea Permanente de Pueblos de Morelos (APPM), han parado la terminación de la central y el acueducto, de 12 kilómetros de extensión, así como la entrada en operación del gasoducto, de 171 kilómetros de largo.

Huexca y otras comunidades campesinas nahuas, en acciones iniciadas casi en paralelo al comienzo en 2012 de la construcción de la Central, lograron frenar el gasoducto desde 2017 por quebrantar sus derechos originarios.

Además, grupos de ejidatarios (tenedores y productores colectivos de la tierra) detuvieron la extracción de agua del cercano río Cuautla para enfriar las turbinas de la planta desde 2015 y el Frente de Pueblos logró, al comenzar este año, la suspensión de la descarga de aguas tratadas a ese afluente.

Un grupo de manifestantes bloquea el 28 de enero la entrada a la central termoeléctrica Centro, en la comunidad Huexca, en el municipio de Yecapixtla, en el estado de Morelos, en el centro de México. En sus carteles, le piden al presidente Andrés Manuel López Obrador que no traicione a su pueblo y paralice la planta. Crédito: Emilio Godoy/IPS
Un grupo de manifestantes bloquea el 28 de enero la entrada a la central termoeléctrica Centro, en la comunidad Huexca, en el municipio de Yecapixtla, en el estado de Morelos, en el centro de México. En sus carteles, le piden al presidente Andrés Manuel López Obrador que no traicione a su pueblo y paralice la planta. Crédito: Emilio Godoy/IPS

Los opositores a la central recurrieron también a las protestas y bloqueos para paralizar un proyecto que afecta a más de 900.000 personas, entre ellas 50.000 indígenas de 37 pueblos originarios, según contabilizó en 2018 la estatal pero autónoma Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Ahora, buscan que el presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre, cancele el PIM y consensue con la población local el destino de la planta.

“No queremos que opere la termoeléctrica, porque va a dejar daños irreparables. Si es viable la planta solar, adelante. O que la conviertan en una universidad, así nuestros hijos no tienen que recorrer distancias largas para estudiar y exponerse a la inseguridad. Que se instale algo que valga la pena”, planteó a IPS la activista Teresa Castellanos.

Esa integrante de la APPM participa en la batalla contra la obra desde sus comienzos, lo que le ha valido persecución y amenazas. Por su activismo ella se hizo ganadora del Premio a la Creatividad de la Mujer en el Medio Rural 2018, otorgado por la no gubernamental Fundación de la Cumbre Mundial de Mujeres, con sede en Ginebra.

La oposición a la central  de las comunidades afectadas, que viven de la siembra de maíz, frijol, calabaza, tomate y la cría de ganado vacuno y de cerdos, se centra en la falta de consulta, la amenaza a su actividad campesina, por la extracción del agua de los ríos, y las descargas de residuos líquidos.

Contexto energético

En el primer semestre de 2018, México contó con una capacidad instalada total de 75.918 MW, de los cuales 23.874 provienen de tecnologías limpias. La capacidad de las fuentes limpias creció casi 12 por ciento respecto al primer semestre del año previo.

México asumió una meta de generación limpia de energía eléctrica de 25 por ciento para 2018, incluyendo quema de gas y grandes hidroeléctricas; 30 por ciento para 2021 y 35 por ciento para 2024.[related_articles]

Pero la realidad es que la matriz renovable ronda solo siete por ciento, aunque podría alcanzar 21 por ciento en 2030 con políticas de fomento, según los datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena).

En 2021 entrarían en funcionamiento más de 200 generadores de energía limpia por 19.500 MW y de las cuales 136 se nutren del sol y 44 del viento, según datos de la estatal pero autónoma Comisión Reguladora de Energía.

Según reiteró López Obrador durante la campaña electoral, su plan energético consiste en la construcción de una refinería en el sudoriental estado de Tabasco, la modernización de las seis procesadoras del Sistema Nacional de Refinación y de 60 hidroeléctricas, así como inversión en energía fotovoltaica.

El presidente ha insistido en su negativa a cerrar plantas de la generadora estatal CFE, ante la necesidad de atender la creciente demanda energética de esta nación latinoamericana de unos 129 millones de habitantes, la segunda economía latinoamericana.

Según los gubernamentales proyectos de inversión para 2019, la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) tendría a su disposición unos 24.000 millones de dólares para exploración y extracción petrolera, la reconfiguración de seis refinerías y las obras iniciales de otra más.

Por su parte,  la CFE podrá gastar unos 23.000 millones en proyectos como la renovación de 60 centrales hidroeléctricas y el desarrollo de la energía solar.

La fábrica de paneles fotovoltaicos que se plantea como alternativa para Huexca, podría, de hecho, cubrir un importante déficit en la tecnología e insumos del sector en México, detallan especialistas.

Esperanza en un cambio

El presidente López Obrador planea visitar la zona el 11 de febrero y ya solicitó la elaboración de un expediente sobre la generadora y así decidir el futuro de una obra cuyo costo ha rondado los 1.000 millones de dólares.

La población local no quiere el desperdicio de siete años de lucha contra la obra. “Necesitamos alternativas. Votamos por López Obrador, no nos puede fallar. Solo reclamamos el derecho a la vida”, demandó la activista Castellanos.

Para el académico Sarmiento, los perjuicios ambientales y sanitarios serían mayores si la Central entra en operación. “El mantenimiento de la planta será más costoso que la generación solar. ¿Y qué pasará cuando cumpla su vida útil? Será inservible”, cuestionó.

Mientras, las chimeneas mudas de la instalación esperan por una señal para eructar el humo de sus entrañas y las torres eléctricas languidecen sin fluido para transportar. Quizás nunca lo hagan, si se cumple el designio popular.

Edición: Estrella Gutiérrez

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