Jóvenes lideran la lucha contra el cambio climático

Las acciones y la participación de las mujeres ante el Acuerdo de París por el cambio climático.
Monique Taffe, diseñadora de moda de 22 años, residente en Londres, fabrica prendas con objetos y telas recicladas. Crédito: A.D. McKenzie/IPS.

De su abuela jamaiquina que emigró a Gran Bretaña, Monique Taffe heredó la tradición de reciclar, y aprendió a no formar parte de la “cultura descartable”, como los ambientalistas llaman a la sociedad de consumo.

“Veía a mi abuela reutilizar cosas, se lo heredó a mi madre, quien me inspiró a hacer lo mismo”, relató Taffe, quien busca utilizar materiales de desperdicios y telas recicladas en el diseño de moda.

La diseñadora de 22 años, graduada hace poco en Londres, participó en la 3 Conferencia de Mujeres por el Clima (Women4Climate), que tuvo lugar el 21 de este mes en París.

La joven se unió a otras mujeres del mundo, entre las que había varias latinoamericanas, que habían creado proyectos sostenibles y recibían mentoría de C40, una red de 94 megaciudades comprometidas a luchar contra el cambio climático, organizadora de la conferencia llamada “Toma la delantera”.

Taffe comenzó un proyecto para crear ropa deportiva para embarazadas, como forma de incentivarlas a hacer ejercicio en esa etapa de la vida. Toda las prendas se fabrican con telas y objetos reciclados en su compañía Taffe Jones, explicó a IPS.

La joven también es una de las 10 finalistas, entre 450 participantes del londinense Programa Alcaldes Empresarios 2018, en el que ciudades se vincularon con el Programa de Mentorías de Mujeres por el Clima.

“Las lideresas desempeñan un papel de pivote en las negociaciones del Acuerdo de París sobre cambio climático de 2015 y son fundamentales para su éxito”, aboga Mujeres por el Clima, creada en 2016.

“Ahora más que nunca será fundamental mejorar la participación y el liderazgo de las mujeres para garantizar un futuro saludable, próspero y sostenible para todos”, subraya.

Taffe contó en una entrevista que le gustaría que los jóvenes británicos, caribeños y de todo el mundo se unieran en las redes sociales para compartir las mejores prácticas para reciclar telas.

El contenido podría ser desde información sobre dejar ropa en depósitos centrales o en lugares designados, de donde diseñadores, y otras personas, pudieran extraer material reutilizable. El reciclado en la industria de la moda podría tener un impacto ambiental positivo, ya que es uno de los sectores de la economía más contaminantes, indican numerosos estudios.

ONU Medio Ambiente señala que la industria de la moda “es responsable de producir 20 por ciento de las aguas residuales y 10 por ciento de las emisiones de carbono, más que todos los barcos y los vuelos internacionales”.

El proceso de “teñido es el segundo mayor contaminante de agua a escala global y consume alrededor de 7.500 litros de agua para fabricar un típico pantalón vaquero”, precisa la agencia.

En la Asamblea de ONU Medio Ambiente de marzo, la agencia “lanzará formalmente la Alianza de las Naciones Unidas sobre Moda Sostenible para alentar al sector privado, gobiernos y organizaciones no gubernamentales a crear un llamado a la acción en todo el sector y así reducir el impacto social, económico y ambiental negativo”, señala.

Con fábricas textiles en toda América Latina y el Caribe, esta es un área a la que los ambientalistas también le prestan atención, y sostienen que es necesario concentrarse en la gestión de desperdicios, como textiles y plásticos que contaminan las playas de la región.

La organización Jamaica Environmental Trust, con sede en Kingston, subraya la necesidad de reciclar, realiza jornadas limpieza de playas con voluntarios y trabajar para proteger la calidad del aire y del agua, explicó una portavoz a IPS. La conducción está a cargo de mujeres jóvenes, como Taffe, quienes trabajan para sensibilizar al público sobre cuestiones ambientales y climáticas.

“Crear conciencia ayudará a otros jóvenes a ver qué se hace y facilitarnos la tarea de construir alianzas para la acción climática”, destacó Taffe.

Por ejemplo, conociendo la medida que adoptaron en el Caribe de prohibir las bolsas y los sorbetes de plástico y ampliar el uso de la energía solar.

El gobierno jamaiquino, por ejemplo, anunció en 2017 que quiere que el país llegue a generar 50 por ciento de su energía a partir de fuentes renovables para 2030, por encima del 30 por ciento fijado previamente.

Ninguna ciudad caribeña forma parte del C40, pero participar en conferencias internacionales como Mujeres por el Clima es una forma de reunir empresarios con perfil ecológico para compartir experiencias.

De hecho, la creación de alianzas internacionales fue uno de los temas centrales del encuentro de París, destacó la alcaldesa francesa Anne Hidalgo, quien lanzó la idea de Mujeres por el Clima.

Hubo representantes de Quito, México y Santiago que, como Taffe, compartieron experiencias sostenibles y que procuran reducir las emisiones contaminantes.

Jóvenes innovadoras también presentaron soluciones tecnológicas en un Desafío Tecnológico de Mujeres por el Cambio.[related_articles]

“El cambio climático suele impactar primero en las mujeres”, recordó Hidalgo en la conferencia, “pues son las que tradicionalmente se ocupan de la familia, por lo que hay que reconocer sus capacidades”.

“No significa que las mujeres sean mejores que los hombres, sino que ellas tienen distintas capacidades y competencias que son fundamentales en la lucha contra el cambio climático”, precisó.

También recordó que autoridades y activistas deben “pensar a escala local y actuar a escala global”.

Entre los participantes en la conferencia había alcaldesas de varias ciudades como Freetown, Sierra Leona; Charlotte en el estado estadounidense de Carolina del Norte; Dakar, Senegal, y Sydney, Australia, además de varios colegas alcaldes que trabajan en esta temática.

“No podemos luchar contra el cambio climático de forma efectiva sin empoderar a las mujeres”, subrayó el ecuatoriano Rodacio Rodas, alcalde de Quito.

También describió proyectos de seguridad alimentaria y urbanos que emplean mujeres, y añadió que a escala “comunitaria”, es posible empoderarlas y que ellas se empoderen para pasar a la acción.

Pero muchas delegadas subrayaron la falta de apoyo nacional para la acción climática de algunos líderes.

“Estamos devastados en todo el mundo por (Donald) Trump como lo están ustedes en Estados Unidos”, observó Clover Moore, alcalde de Sydney, refiriéndose a la falta de apoyo del mandatario estadounidense al Acuerdo de París. Pero el primer ministro de Australia no fue “mucho mejor”, apuntó.

En el marco del movimiento “Youth Strike 4 Climate” (jóvenes con impacto por el clima), encabezado por la adolescente sueca Greta Thunberg, estudiantes de varios países permanecen fuera de su escuela algunos días y protestan por la falta de medidas de sus gobiernos contra el recalentamiento global.

“Los jóvenes ven lo que pasa, conocen la ciencia”, subrayó Moore.

Entre los estudiantes que participaron en la conferencia de Mujeres por el Clima, estaba Youna Marette, la belga de 17 años, quien, además, fue una de las oradoras.

“Seguiremos luchando, impactadno por nuestra cultura”, prometió, y urgió a los gobiernos a crear sociedades más inclusivas y a redoblar la acción para proteger el planeta.

Para Taffe, pensar en el futuro y en un mundo habitable es una gran motivación. “Mi abuela me heredó estrategias para llevar una vida sostenible y quiero continuar con eso”, explicó a IPS. “Tenemos que reutilizar y reciclar, y hacer lo que podamos donde sea que vivamos”, añadió.

Traducción: Verónica Firme

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