Indígenas caminan hacia autosuficiencia eléctrica en Guatemala

Como la electricidad les ha sido negada por el Estado guatemalteco desde siempre, a las comunidades indígenas encaramadas en las montañas del noroeste del país, no les quedó otra que generar ellas mismas su energía.

Ahora esa electricidad ilumina sus noches y, lo más importante, mueve ya pequeños negocios que proveen de ingresos extras a algunas de las 1.000 familias beneficiadas con proyectos de energía comunitaria.

Esos proyectos comunitarios se han impulsado en cuatro aldeas indígenas localizadas en la ecorregión Zona Reina, del municipio de Uspantán, en el noroccidental departamento de Quiché.

El milagro de tener “luz”, como llama la población a la electricidad, se dio inicialmente, hace más de 10 años, en la comunidad 31 de Mayo, una aldea poblada predominantemente por indígenas de la cultura maya, de las ramas lingüísticas ixil, quiché y q’eqch’is.

 

 

Gracias a la cooperación financiera de organizaciones de España y Noruega, al arduo trabajo de la comunidad y al apoyo del colectivo ecologista MadreSelva, se logró montar la primera turbina ahí, movida por las aguas del río Putul.

Dado el éxito de esa primera miniplanta hidroeléctrica, otros asentamientos decidieron seguir el mismo camino de autogeneración energética: El Lirio, en mayo de 2015; La Taña, en septiembre de 2016 y La Gloria, en noviembre de 2017.

Esas cuatro aldeas comparten la electricidad con otros cinco asentamientos vecinos.

La vida ahora es otra en estas comunidades, cuenta a IPS una de sus pobladoras, Zaiada Gamarro. Ella subraya el apoyo que significa tener luz para las mujeres a la hora de cocinar y realizar otras tareas en la noche,  para los niños en sus estudios y para los negocios, desde los que producen pan a los que venden productos refrigerados.

Ya está en marcha, además, un plan similar para instalar minirepresas en otras ocho aldeas indígenas, en la vecina región de Los Copones. Estas también compartirán su electricidad con 11 comunidades de la zona, en un proyecto para el que la cooperación alemana ha aportado 1,25 millones de dólares.

Para profundizar en el tema de este video, lea este reportaje de IPS: Contra viento y marea, indígenas generan su energía en Guatemala.

Edición: Estrella Gutiérrez

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