Lucha contra miseria latinoamericana se centra en núcleos más duros

Un campesino centroamericano revisa el impacto de la sequía en una plantación de maíz. Crédito: FAO
Un campesino centroamericano revisa el impacto de la sequía en una plantación de maíz. Crédito: FAO

Existen lugares donde la pobreza y el hambre son ley. Se trata de territorios que concentran los núcleos más duros de miseria en América Latina, y que no logran prosperar a pesar del avance de los países.

Para apoyar a estos territorios que se han quedado atrás, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzó este martes 23 la estrategia 100 Territorios Libres de Pobreza y de Hambre.

La iniciativa de100 Territorios trabajará con los gobiernos para identificar los lugares críticos que requieren las intervenciones más urgentes y crear soluciones a su medida.

En esa perspectiva, la FAO buscará avanzar de la mano con los gobiernos de Colombia, Guatemala, Honduras, Salvador y República Dominicana, que serían los cinco países prioritarios en una primera fase de la estrategia.

Con un horizonte de 10 años, 100 Territorios actuará con los gobiernos para crear una coalición de actores provenientes de la sociedad civil, el mundo privado, la academia y la cooperación internacional para dar reconocimiento político real para estos lugares, desarrollando soluciones prácticas, innovadoras y apropiadas que amplíen las oportunidades económicas de los sujetos que habitan las zonas olvidadas.

La agencia de las Naciones Unidas buscará con los gobiernos involucrados fortalecer las sociedades territoriales y producir gobiernos locales más competentes y eficaces, creando puentes que conecten estos territorios a lo largo de nuestro continente, para que aprendan unos de los otros.

Lugares detenidos en el tiempo

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la oficina regional de la FAO, ambas con sede en Santiago de Chile, han identificado cerca de 2.000 municipios en 14 países de la región, que agrupan a más de 40 millones de personas que viven en condiciones de pobreza extrema e inseguridad alimentaria.

La mitad de estas personas (20,9 millones) vive en el campo, y el resto en pueblos y pequeñas ciudades. Casi uno de cada cinco son indígenas o afrodescendientes, y uno de cada cinco hogares tiene jefatura femenina.

Dependiendo del país, la población de estos territorios rezagados representa entre el cuatro y el dieciséis por ciento de la población nacional.

“Estamos hablando de municipios en países como Colombia, Perú, República Dominicana o Brasil, que han hecho avances significativos en su desarrollo, en cuyos territorios olvidados aún hay niños y niñas que sufren hambre, y muchísimos más que crecen con sus vidas mutiladas por la desnutrición crónica”, explicó el representante regional de la FAO, Julio Berdegué, en el lanzamiento de la estrategia.

Para Berdegué, los territorios rezagados son como lugares detenidos en el tiempo: “Incluso en los países con los mayores avances hay territorios rurales que se han quedado atrás, donde las personas viven en condiciones sociales que se asemejan a las que habían hace cincuenta años”.

Migración, cambio climático y economías ilegales

La identificación de los territorios más vulnerables no sólo ha considerado la pobreza y el hambre sino también los fenómenos migratorios que están afectando a miles de familias que huyen de sus hogares y territorios, y el impacto del cambio climático y de las economías ilegales, que profundizan la pobreza, el hambre y la migración.

“Miles de campesinos han emigrado en las últimas décadas desde las montañas de Guerrero en México, pero ello no ha evitado que muchos miles sigan allí, cultivando la amapola con que se produce la heroína”, dijo Berdegué.

Prioridades de trabajo

Para la FAO, la clave estará en mejorar sustancialmente la calidad de las políticas y los programas dedicados a estos territorios olvidados.

Para lograrlo, 100 Territorios trabajará codo a codo con los gobiernos locales y nacionales para implementar las políticas públicas de manera más eficiente, transparente, novedosa y apropiada a las circunstancias de cada uno de estos lugares rezagados.

“También debemos acercar a los habitantes de estos territorios a los mercados, pero sobre todo se necesita una gran participación social, que reconozca el valor de estas personas, que han sido capaces de sobrevivir y adaptarse a las peores condiciones imaginables y que tienen una gran resiliencia e inteligencia social”, dijo Berdegué.

Este artículo fue publicado originalmente por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. IPS lo distribuye por un acuerdo especial de difusión con esta oficina regional de la FAO.

RV: EG

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe