No hay historia por la que merezca la pena morir

La violación a la libertad de prensa y al derecho a informar de los periodistas fue uno de los temas centrales analizados durante la Semana Internacional de la Sociedad Civil (ICSW 2019), la reunión anual del activismo mundial, que este año ha acogido Belgrado. Crédito: Cortesía de Civicus
La violación a la libertad de prensa y al derecho a informar de los periodistas fue uno de los temas centrales analizados durante la Semana Internacional de la Sociedad Civil (ICSW 2019), la reunión anual del activismo mundial, que este año ha acogido Belgrado. Crédito: Cortesía de Civicus

«Mantente a salvo. No hay ninguna historia por la que merezca la pena morir»,  es el mensaje a los periodistas de Nada Josimovic, coordinadora del programa de la organización de derechos de los medios Free Press Unlimited (FPU).

La mayoría de los periodistas estarían de acuerdo con esta especialista. Pero más allá de la amenaza de agresión física, las reporteras y periodistas afrodescendientes soportan otro riesgo: ser acosadas en línea, con una ponzoña sexista y racista.

Esto, por supuesto, también les sucede a los defensores de los derechos humanos en todo el mundo. Pero en el caso de las mujeres, el acoso “se sexualiza … a veces con amenazas de violación», dijo Josimovic, cuya organización a favor de que la libertad de prensa no tenga límites tiene su sede en Amsterdam.

«¿Cómo se protege uno?», se preguntó ella misma durante una mesa redonda sobre la libertad de prensa en la Semana Internacional de la Sociedad Civil (#ICSW2019), una reunión anual de líderes de la sociedad civil, activistas y ciudadanos comprometidos que acoge la capital serbia entre el lunes 8 y el viernes 12.

Auspiciada por la alianza global de la sociedad civil Civicus, la reunión tiene uno de sus focos en  las infracciones de la libertad de expresión y los ataques a periodistas.

Durante el encuentro de Belgrado, a la ICSW seguían llegando malas noticias para la libertad de expresión. Este jueves 11,  la directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Audrey Azoulay, emitió un comunicado de condena al asesinato de un reportero de deportes en Salvador Alvarado, en el noroeste de México.

«Condeno el asesinato de Omar Iván Camacho Mascareño», declaró Azoulay. «Confío en que la investigación en curso permitirá a las autoridades llevar al autor de este crimen a la justicia», añadió.

Mascareño, de la emisora ​​de radio local Chavez Radiocast, fue encontrado muerto con signos de haber sido víctima de un severo traumatismo craneal y lesiones que indicaban que había sido golpeado hasta la muerte, según informes de medios mexicanos.

Las “condenas” contra agresiones a los periodistas por parte de la UNESCO se han vuelto una actividad regular, dada la frecuencia de los ataques a los profesionales de la comunicación en diferentes partes del mundo.

La agencia de las Naciones Unidas, con sede en París,  tiene el mandato de promover la seguridad de los periodistas y lo hace «a través de la concientización global, el desarrollo de capacidades y una serie de acciones, en particular el Plan de Acción de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) sobre la seguridad de los periodistas y el tema de la impunidad».

Esto incluye un módulo de combate al abuso en línea contra los periodistas y sus fuentes.

Pero Josimovic y otros defensores de la libertad de expresión enfatizan que no se está haciendo lo suficiente para terminar con el hostigamiento específico a las mujeres periodistas.

«Creo que los medios de comunicación no tienen buenos sistemas de apoyo para afrontar este tipo de ataques», dijo a IPS la activista. «El aspecto legal también es complicado», añadió.

Las compañías detrás de las redes sociales, por ejemplo, no revelan la identidad de los agresores ante la denuncias de acoso, criticó. Algo a lo que se une que en ocasiones las víctimas no cuentan con la solidaridad de sus colegas periodistas  y sus jefes, cuando ellos no han experimentado el acoso.

«Debido a que no está sucediendo en el mundo real, las personas minimizan el efecto», agregó. «Pero las mujeres en general enfrentan más hostigamiento en línea. En todos los sectores, es un hecho que está ahí», afirmó la coordinadora de FPU.

Cualquier persona que tenga dudas sobre esta realidad, aseguró,  solo tiene que mirar algunos de los informes a de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios, con sede en Washington.

Debido a la similitud en los métodos que se utilizan para atacar a los defensores de los derechos humanos a nivel mundial, los grupos que promueven la libertad de expresión y de prensa y las organizaciones de la sociedad civil deberían aumentar las formas de trabajar juntos, dijeron participantes en la ICSW.

Vukasin Petrovic, director sénior de estrategia de programas en Freedom House, una organización de monitoreo de derechos, con sede también en Washington, dijo que se necesitan amplias coaliciones para promover la protección de los derechos.

«Los periodistas y defensores de los derechos humanos son la pieza central de cualquier estrategia», dijo a IPS. «La protección de la libertad de expresión y la libertad de reunión están en el interés de ambos», citó como ejemplo.

Sobre la «distancia» e imparcialidad que requiere  la labor periodística, reconoció que a veces la relación entre los medios de comunicación y la sociedad civil puede ser demasiado estrecha.

«Necesitamos transparencia y responsabilidad por todos lados», dijo. «Pero la formación de coaliciones puede hacer que la incidencia sea más poderosa», añadió.

Para Dragan Sekulovski, director ejecutivo de la Asociación de Periodistas de Macedonia, un país que es «un campeón cuando se trata de escuchas telefónicas», parte de la defensa de los medios debe provenir del propio sector.

A su juicio, eso incluye promover un periodismo de calidad y «dejar que sea la audiencia la que juzgue”.  De esta manera, la opinión pública puede inclinarse a favor de los medios de comunicación, ayudando a disuadir los ataques y el hostigamiento contra ellos.

Sin embargo, el periodismo de «calidad» requiere recursos, y como señalan varios grupos de medios de comunicación, el sector ha sido devastado en los últimos años por la pérdida de empleos, la baja remuneración, los abusos de los derechos de autor y otros problemas.

Esto se ve agravado por la disminución de la confianza del público, debido a una serie de factores, entre los que se incluyen campañas de difamación, acusaciones de «noticias falsas o fake news» o el mal comportamiento de los propios periodistas.

Y sin olvidar la gravedad de que el presidente estadounidense Donald Trump y otros mandatarios califiquen públicamente a los periodistas y a los medios de comunicación de “enemigos del pueblo”.

Según el Comité para la Protección de los Periodistas, muchos de los tuits de Trump desde que llegó a la presidencia en enero de 2017 han «insultado o criticado a periodistas y medios, o han condenado y denigrado a los medios de comunicación en general».

Así, se ha convertido en una batalla cuesta arriba que la ciudadanía perciba la importancia del trabajo de los periodistas y se comprometa activamente con la protección de la libertad de expresión y en particular la libertad de la prensa, coincidieron activistas durante la ICSW.

«Las organizaciones de medios deben comprometerse con los ciudadanos para que entiendan por qué esos ciudadanos los necesitan», dijo Josimovic.

Nadie puede estar seguro que  esto detendría los ataques y el hostigamiento, especialmente contra las mujeres periodistas.

En Belgrado se consideró que este mismo tema se volverá a plantear durante los debates que se realizarán entre el 1 y el 3 de mayo en Addis Abeba, cuando en la capital de Etiopia se celebren los actos centrales de la Unesco por el Día Mundial de la Libertad de Prensa, el 3 de ese mes.

T:EG

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