Derechos indígenas aportan soluciones a la crisis del cambio climático

El Foro Global de Paisajes 2019, celebrado en la ciudad alemana de Bonn, se centró en cómo dar a los derechos sobre la tierra la visibilidad necesaria para demostrar que un enfoque basado en los derechos, en particular los de los pueblos indígenas, aporta soluciones a la crisis del cambio climático. Crédito: Pilar Valbuena/GLF
El Foro Global de Paisajes 2019, celebrado en la ciudad alemana de Bonn, se centró en cómo dar a los derechos sobre la tierra la visibilidad necesaria para demostrar que un enfoque basado en los derechos, en particular los de los pueblos indígenas, aporta soluciones a la crisis del cambio climático. Crédito: Pilar Valbuena/GLF

El Foro Global de Paisajes 2019, celebrado en la ciudad alemana de Bonn, impulsó un nuevo enfoque a favor de un futuro más inclusivo y sostenible, a través del establecimiento de derechos seguros y adecuados para todos, comenzando por los mayores guardianes y protectores de la naturaleza: los indígenas.

El 22 y 23 de junio, unos 600 expertos, líderes políticos, organizaciones no gubernamentales y pueblos y comunidades indígenas se reunieron en el GLF, la sigla en inglés del Foro, para deliberar sobre una metodología que enfatiza los derechos de los pueblos nativos y las comunidades locales en la gestión y la preservación de los paisajes.

El foro se realizó junto con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), durante la Conferencia de Bonn sobre el Cambio Climático, realizada entre el 17 y el 27 de junio.

El foro se centró en dar a los derechos sobre la tierra la visibilidad necesaria para mostrar que un enfoque de derechos es parte de la solución al fenómeno del cambio climático y para desarrollar un «estándar de oro» para los derechos indígenas al respecto.

Se cree que los pueblos indígenas, las comunidades locales, las mujeres y los jóvenes son los administradores ambientales más importantes del mundo, pero también se encuentran entre los grupos más amenazados y criminalizados con poco acceso a los derechos.

«Estamos defendiendo el mundo, para cada uno de nosotros», dijo Geovaldis González,  un líder campesino indígena de la ecorregión de Montes de María, en la costa del Caribe colombiano.

Pero industrias como la de los combustibles fósiles, la agricultura a gran escala, la minería y otros no solo ponen en peligro los paisajes, sino también las vidas de las personas en ellos.

Ya este año, dijo González, su región fue testigo de 135 homicidios de defensores ambientales y activistas, y agregó que el día antes del inicio de la GLF un líder local fue asesinado frente a un niño de 9 años.

Según las Naciones Unidas, la tierra que pertenece a los 350 millones de miembros de pueblos indígenas de todo el mundo es uno de los escudos más poderosos contra el cambio climático, ya que contiene 80 por ciento de la biodiversidad del mundo y captura cerca de 300.000 millones de toneladas métricas de carbono.

Es por esta razón que ante la urgencia de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la creciente amenaza climática, los debates sobre  el futuro global han comenzado a poner de relieve el hecho de que la relación y cosmovisión  de los pueblos indígenas con el mundo natural no solo son cruciales para su preservación, sino para la de toda la población.

La redacción de ese nuevo estándar de oro de derechos fue encabezada  por el Grupo Principal de Pueblos Indígenas para el Desarrollo Sostenible  (IPMG, en inglés) y la Iniciativa de Derechos y Recursos, durante los meses previos al GLF 2019.

Panorama del auditorio donde se celebró el Foro Global de Paisajes 2019. Crédito: GLF
Panorama del auditorio donde se celebró el Foro Global de Paisajes 2019. Crédito: GLF

Los debates y talleres del GLF 2019 sirvieron como un debate abierto y profundo sobre el borrador del documento final de los estándares, que debe estar listo a fines de este año, y que será la nueva guía concreta de principios y derechos para organizaciones, instituciones, gobiernos y el sector privado.

Esto incluye los derechos de consentimiento libre, previo e informado; la igualdad de género; respeto al patrimonio cultural; y educación.

La relatora especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Vicky Tauli-Corpuz, dijo que los territorios administrados por pobladores originarios que tienen sus derechos garantizados, presentan tasas de deforestación más bajas, mayores niveles de biodiversidad y mayor almacenamiento de carbono que las tierras de las áreas protegidas por el gobierno.

Pero Diel Mochire Mwenge, quien dirige el Programa de Iniciativa para el Desarrollo de Pygme en la República Democrática del Congo, una de las comunidades forestales indígenas más grandes de África central, dijo que ha sido testigo de la expulsión de más de un millón de personas. Parque nacional donde han vivido durante mucho tiempo.

Explicó que no se les había dado beneficios de las industrias ecoturísticas que se habían incorporado para reemplazarlos y que se habían quedado luchando para encontrar nuevas fuentes de ingresos.

«Nuestra identidad está siendo amenazada, y debemos evitar ser erradicados por completo», dijo Mwenge.

Gladson Dungdung, un activista de India,  dijo que si prospera finalmente una enmienda a la Ley de Derechos Forestales de su país, actualmente en revisión por el Tribunal Supremo,  podría ver a 7,5 millones de pueblos indígenas desalojados de sus bosques nativos.

También afectaría la vida de al menos a 90 millones de personas que dependen de esos recursos forestales para su sobrevivencia, dijo el representante de la región india de Jharkhand, cuyos padres fueron asesinados en 1990 por participar en un caso judicial por una disputa sobre la tierra.

La enmienda, dijo Dungdung, también le daría poder absoluto a la guardia forestal nacional. Si un guardia viera a alguien que usara el bosque para la caza o la recolección de madera, podría disparar legalmente a la persona que estuviese realizando esas actividades, explicó.

«Los pueblos indígenas están justo en la primera línea de la lucha real y peligrosa por los bosques del mundo», dijo el actor y activista de los derechos indígenas Alec Baldwin en un video dirigido a los participantes del GLF 2019.

La iluminación de las velas, una ceremonia que simboliza respeto a los diferentes elementos que incluyen el sol, la noche, los lugares fríos, el aire, el cosmos y la Madre Tierra, escenificada durante el Foro Global de Paisajes 2019, en la ciudad alemana de Bonn. Crédito: Pilar Valbuena/ GLF
La iluminación de las velas, una ceremonia que simboliza respeto a los diferentes elementos que incluyen el sol, la noche, los lugares fríos, el aire, el cosmos y la Madre Tierra, escenificada durante el Foro Global de Paisajes 2019, en la ciudad alemana de Bonn. Crédito: Pilar Valbuena/ GLF

Lo defensores de los derechos indígenas “son los superhéroes del movimiento ambiental», insistió Jennifer Morris, presidenta de Conservación Internacional (CI), quien criticó que pese a este reconocimiento generalizado no se escuche a los pobladores originarios salvo que se conviertan en víctimas.

Morris planteo ante la GLF: «¿Por qué no escuchamos sobre estos líderes hasta que se hayan convertido en mártires por esta causa?»

Los ejemplos de intimidación, criminalización, desalojo y dificultades compartidos durante el GLF mostraron claramente lo que los pueblos indígenas y las comunidades locales atraviesan para preservar los bosques o los «pulmones de la tierra».

El enfoque de derechos, de acuerdo con los convocantes del GLF, tiene como objetivo fortalecer el respeto, el reconocimiento y la protección de los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales como administradores y portadores de soluciones para la restauración, conservación y uso sostenible del paisaje.

También apunta a terminar con la persecución de los defensores de la tierra y el ambiente; crear asociaciones para mejorar la participación y el apoyo para los enfoques basados ​​en los derechos para paisajes sostenibles a través de escalas y sectores.

Además, incluye medidas para incrementar los esfuerzos para reconocer legalmente y asegurar los derechos colectivos de la tierra y los recursos a través de los paisajes.

«Al implementar un estándar de oro, podemos defender y proteger los derechos humanos y desarrollar iniciativas de conservación, restauración y desarrollo sostenible que asuman el papel clave que los pueblos indígenas y las comunidades locales ya están jugando para proteger nuestro planeta», dijo Joan Carling, coordinador de IPMG.

Para la IPMG,  las comunidades indígenas y locales son portadoras de derechos y soluciones a desafíos comunes.

«Esto permitirá la asociación que necesitamos para allanar el camino hacia un futuro más sostenible, equitativo y justo», agregó Carling.

El director general del Centro para la Investigación Forestal Internacional (Cifor, en inglés), Robert Nasi, dijo que cuando se reconocen los derechos de las comunidades locales y los pueblos indígenas, existen beneficios significativos en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental.

«Quienquiera que controle los derechos sobre estos paisajes tiene un papel muy importante en la lucha contra el cambio climático», dijo.

En la vinculación entre desarrollo y mitigación y adaptación al cambio climático, en el GLF se destacó el alera de que el avance depende de  garantizar los derechos y libertades sobre la tierra de los pueblos indígenas, las comunidades locales y los sectores campesinos marginados.

¿Cómo se puede esperar que estos custodios de una cuarta parte de la superficie terrestre del mundo cuiden sus tierras tradicionales si las tierras, de hecho, no les pertenecen; O, peor aún, si están criminalizados y en peligro de extinción por hacerlo? Esas fueron algunas incógnitas que sobrevolaron sobre el GLF.

Los principios básicos de un «estándar de oro» ya existen, como el consentimiento libre, previo e informado, según Alain Frechette, de la Iniciativa para los Derechos y Recursos (RRI, en inglés). El Convenio  169 sobre pueblos indígenas y tribales, de la Organización Internacional del Trabajo, ya contempla ese derecho para los pueblos originarios desde 1989.

Lo que ha faltado, dijo, es la aplicación de tales principios que a su juicio podrían ser impulsados por declaraciones de alto nivel, que supondrían «impulsar una carrera hasta la cima».

T: MF

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