Comunidades del gran humedal de Bangladesh salvan delfines de la extinción

Guardias forestales patrullan por un santuario de delfines en el manglar de los Sundarbans, en Bangladesh. Crédito: Rezaul Karim Chowdhury / IPS
Guardias forestales patrullan por un santuario de delfines en el manglar de los Sundarbans, en Bangladesh. Crédito: Rezaul Karim Chowdhury / IPS

Israfil Boyati se desplaza por la costa de la bahía de Bengala. En el pasado solía pescar en los canales y ríos del manglar de los Sundarbans, de Bangladesh, uno de los más grandes del mundo y hábitat para muchas especies en peligro de extinción, incluidos los tigres de Bengala y los delfines de agua dulce.

Boyati, quien reside en Dhangmari, en los alrededores de Khulna, la tercera ciudad más grande de Bangladesh, en una de las zonas más vulnerables del país a las alteraciones climáticas, con un incremento del número de ciclones y otros impactos.

«Hemos estado viviendo en una de las regiones más propensas a los desastres, ya que los ciclones y las tormentas nos golpean cada año”, explicó Boyati, quien vio su vida de pescador cambiar por las alteraciones climáticas.

Pero también su nueva conciencia ambiental le modificó sus prioridades.

“En el pasado, pescábamos en los ríos y canales de Sundarbans arriesgando nuestra vida y la de la fauna acuática como los delfines”, dijo a IPS quien ahora es jefe del equipo de conservación de delfines de Dhangmari.

El gran humedal de los Sundarbans se sitúa en el delta donde confluyen los ríos Ganges, Brahmaputra y Meghna, y es el hogar de las dos últimas especies de delfines de agua dulce que quedan en Asia: el delfín del río Ganges y el delfín Irrawaddy. También es el único lugar en el mundo donde las dos especies comparten el mismo hábitat.

En 2009, según estimaciones de la estadounidense Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, en inglés), había 225 unidades de delfines del Ganges y 451 de delfines Irrawaddy en la región de los Sundarbans. Pero estos son ahora mamíferos en peligro de extinción.

En 2012, el gobierno de Bangladesh declaró las áreas Dhangmari, Chandpai y Dudhmukhi de los ríos Pasur y Andharmanik como santuarios de delfines. Se trata de un territorio de 32 kilómetros lineales, destinado a proteger a los mamíferos acuáticos de la extinción.

Grupos de pescadores en esas zonas educan a otros sobre los daños de la pesca en áreas protegidas. Pescadores como Boyati nunca dañaron intencionalmente a los delfines, pero como sucede en el resto de mundo aquí también estos mamíferos se enredan en redes y aparejos de pesca, quedando atrapados y perdiendo la vida en muchas ocasiones.

Para proteger esta fauna acuática de los Sundarbans, el Departamento Forestal de Bangladesh ha formado seis equipos de conservación de delfines que incluyen a los pobladores de las comunidades, que sufren la penetración del mar por el recalentamiento global.

Ahora, un equipo de conservación de 12 miembros está educando a los pescadores locales para que no faenen en las zonas críticas de delfines y en los santuarios identificados por el Departamento, explicó Boyati.

«No solo estamos movilizando a la gente de la comunidad, sino que también ayudamos a los funcionarios forestales a identificar los problemas que han perjudicado la conservación de los delfines», dijo.

Los pescadores locales deben controlar su actividad en los canales y ríos de Sundarbans, ya que causa daño a los delfines de agua dulce que tienen su hábitat en ese humedal de Bangladesh. Crédito: Rezaul Karim Chowdhury / IPS
Los pescadores locales deben controlar su actividad en los canales y ríos de Sundarbans, ya que causa daño a los delfines de agua dulce que tienen su hábitat en ese humedal de Bangladesh. Crédito: Rezaul Karim Chowdhury / IPS

Modinul Ahsan, director nacional de Proyectos del Departamento Forestal, dijo a IPS que actualmente hay seis equipos de conservación de delfines que están operativos «en los Sundarbans”  y que esos equipos “trabajan voluntariamente para crear conciencia entre las comunidades para que puedan proteger a los delfines de agua dulce».

Explicó que cuando los delfines son atrapados en las redes de pescadores, los equipos de conservación informan inmediatamente a los funcionarios forestales, quienes los rescatan y liberan.

Los equipos de conservación se formaron dentro del sistema de áreas protegidas bangladesí y su proyecto de sistemas acuáticos, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo  y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

El Departamento Forestal, en colaboración con la oficina en Bangladesh de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), está implementando el proyecto, que se espera que se complete a finales de este año, explicó Ahsan.

El Departamento Forestal también identificó otros puntos críticos para los delfines en varios ríos que desembocan en la bahía de Bengala, en una zona de más de 571 kilómetros cuadrados.

«Después de la introducción de los equipos de conservación, la pesca disminuyó en  70 por ciento en los santuarios de delfines y es por eso que la situación del delfín es bueno allí», dijo a IPS el coordinador del programa de la UICN, Sarwar Alam. Desde la implementación del proyecto, el número de delfines de agua dulce en las áreas intervenidas ha aumentado.

«La conservación de delfines significa conservación de la pesca… la presencia de delfines en cualquier río indica que su ecosistema es bueno», acotó el gerente del proyecto, Rezaul Karim Chowdhury.

Sin embargo, los riesgos persisten.

Un gran número de buques de carga navegan cada día por el canal Goshiakhali cerca del santuario Dhanmari, lo que representa una amenaza para los delfines en peligro de extinción que ahí su hábitat.

Alrededor de 130 delfines fueron muertos en las aguas fluviales, costeras y marinas de Bangladesh desde enero de 2007 hasta abril de 2016, ya sea por estar atrapados en redes de pesca o por heridas de hélices de barcos, revelan datos no oficiales.

Una encuesta oficial muestra que 70 por ciento de las muertes de delfines se pueden atribuir a quedar accidentalmente atrapados en redes de pesca, ocho por ciento se atribuye a la pesca con veneno, seis por ciento a la caída del alimento de peces y crustáceos, seis  por ciento a la disminución del flujo de agua dulce y cinco por ciento al incremento de la sedimentación.

Chowdhury agregó que una rápida disminución en el flujo de los ríos de los Sundarbans y la industrialización indiscriminada cerca del humedal también representan una amenaza para la fauna acuática.

«Los delfines podrían protegerse controlando el movimiento de las embarcaciones en los Sundarbans y haciendo lo mismo con las redes de pesca”, dijo Alam.

Para contribuir a ello, Boyati y su equipo están trabajando con otros pescadores para educarlos sobre los peligros de la pesca en las áreas protegidas.

Mrinal Mondal, otro miembro del equipo de conservación de delfines, reconoció que aún hay pescadores que faenan en el santuario de delfines o en las zonas críticas. Los equipos voluntarios les explican lo que sus redes y los movimientos de sus barcas dañan a los delfines.

La conciencia sobre la importancia de la conservación hace que ahora, cuando cualquier fauna silvestre llega a las comunidades alrededor de los Sunderbans, buscan devolverla al bosque, comentó Mondal con cierto orgullo.

T: MF

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