Sindicatos alertan sobre graves consecuencias de crisis de liquidez de la ONU

Los 6.400 empleados de la ONU en su sede en Nueva York viven con creciente preocupación la crisis de liquidez del Organismo, como sus demás trabajadores a lo largo del mundo. Crédito: ONU
Los 6.400 empleados de la ONU en su sede en Nueva York viven con creciente preocupación la crisis de liquidez del Organismo, como sus demás trabajadores a lo largo del mundo. Crédito: ONU

La crisis de liquidez que está cocinándose en la ONU y que amenaza los sueldos del personal y los pagos a los proveedores, sacude a los más de 6.400 empleados que trabajan en el emblemático edificio acristalado de 93 pisos de la Secretaria General en Nueva York.

Los recortes de gastos propuestos, que también incluyen a unos 37.500 empleados de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en todo el mundo, excluyendo sus más de 25 agencias, han puesto el foco en varios temas, incluida una «inflada burocracia”, y más críticamente, en el tiempo y el dinero gastados en viajes internacionales constantes de algunos altos funcionarios, que están permanentemente “en el aire».

Guy Candusso, ex vicepresidente primero del Sindicato del Personal de la ONU, dijo a IPS que la escasez de liquidez en la década de los 90 fue mucho peor, pero el subsecretario general Joe Connor logró solventarla.

«En los últimos 10 años, la ONU se ha convertido en una organización desmesurada, especialmente en la cima. Si la crisis de liquidez se considera tan grave ahora, debería haber una congelación completa de la contratación junto con las otras medidas anunciadas», dijo Candusso, un antiguo miembro del personal del organismo, hasta su reciente retiro.

Patricia Nemeth, presidenta del Sindicato del Personal de las Naciones Unidas en Nueva York, dijo a IPS que el personal del organismo está alarmado por la crisis de flujo de fondos que enfrenta.

«Además de la ansiedad que sentimos con respecto al salario del próximo mes, la incertidumbre financiera constante limita nuestra capacidad de cumplir con nuestros mandatos o prestar servicios a los más vulnerables», explicó.

Ese sindicato ha estado trabajando estrechamente con el secretario general adjunto de Estrategia, Política y Cumplimiento de la Gestión, así como el Contralor de la ONU, para mantener informado al personal sobre la evaluación de la situación.

Entre las diversas medidas de mitigación, el sindicato acoge con satisfacción la instrucción de limitar todos los viajes oficiales a actividades esenciales.

«En este espíritu, esperamos que los altos funcionarios lideren con el ejemplo, ya que estamos juntos en esto», dijo Nemeth, quien también como vicepresidenta para las Condiciones del Servicio en Comité Coordinador de Sindicatos y Asociaciones Internacionales del Personal del Sistema de las Naciones Unidas (CCISUA, en inglés).

«Lo que es más importante, en nombre de nuestros más de 15.000 integrantes (personal de Nueva York y personal local en las misiones de paz)”, dijo, es que los países aún no han hecho sus pagos, los realicen cuanto antes, “para que el trabajo de las Naciones Unidas pueda continuar, con los recursos necesarios para cumplir los mandatos que ellos mismos nos han dado».

«Contamos con los líderes mundiales para apoyar el valioso trabajo de la ONU, mejorando la vida de las generaciones actuales y futuras», añadió.

Ian Richards, presidente del CCISUA, con 60.000 miembros, dijo a IPS que «obviamente, el personal está muy preocupado por lo que está sucediendo”. Consideró positivo que ante la crisis, el secretario general, António Guterres, haya priorizado el pago de salarios y que les haya pedido asesoría sobre que reuniones se pueden posponer hasta que haya más fondos.

Pero si las cosas empeoran, advirtió Richards, esto tendrá graves consecuencias. «El personal tiene que pagar el alquiler y otras facturas, y para aquellos que trabajan en lugares peligrosos, debemos poder continuar pagando por su seguridad», afirmó.

También podría perjudicarse la capacidad de la ONU para entregar alimentos a los más necesitados y proteger los derechos de los más vulnerables.

Sobre los mandatos del organismo, Nemeth alertó que el mundo se enfrenta a innumerables problemas apremiantes, como conflictos violentos o desastres naturales, en los que la ONU tendría para asistir, al igual que en todas las actividades encomendadas para impulsar el desarrollo sostenible.

Las Naciones Unidas son la fuerza principal en los esfuerzos humanitarios; en el mantenimiento de la paz y la seguridad; y en ofrecer apoyo y esperanza a los más vulnerables, aquellos que aspiran a satisfacer sus necesidades más básicas: vida, libertad, dignidad, paz, seguridad y justicia.

«Sin embargo, nuestro trabajo crítico en todo el mundo se ve obstaculizado actualmente por demoras en el pago de las contribuciones de los Estados miembros, agravadas por normas financieras demasiado restrictivas», aseguró la lideresa sindical.

Nemeth pidió a Guterres y su equipo que, “si la situación no mejora”, tome medidas junto con los sindicatos para encontrar soluciones prácticas y que “el personal esté protegido”.

El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo a los periodistas que la Secretaría podría enfrentar un incumplimiento en los salarios y pagos de bienes y servicios a fines de noviembre a menos que más Estados miembros paguen sus cuotas en su totalidad.

Por lo tanto, el secretario general solicitó medidas adicionales inmediatas, incluidas nuevas reducciones en los viajes oficiales; posponer el gasto en bienes y servicios; y la interrupción de eventos programados fuera del horario de reunión oficial en la sede.

Además, el calendario de conferencias y reuniones puede tener que posponerse o ajustarse, dijo Dujarric, quien puntualizó que se están estudiando opciones en ese sentido.

Guterres ya ha escrito a los Estados miembros sobre «la peor crisis de liquidez que enfrentan las Naciones Unidas en casi una década» y que cumplir con las cuotas es una obligación establecida en la Carta de la ONU.

También agradeció a los países que están al día en sus contribuciones, que hasta ahora alcanzan a 129, e instó a los que están en mora a ponerse al día con urgencia.

Al concluir septiembre, los Estados miembros habían pagado solo 70 por ciento del del presupuesto ordinario, en comparación con 78% de un año atrás. Desde enero la Secretaría ha ido tomando medidas para alinear sus gastos con el flujo de ingresos.

Los 64 Estados que aún tienen que pagar las cuotas del presupuesto de este año son: Afganistán, Angola, Antigua y Barbuda, Arabia Saudita, Argentina, Bangladesh, Belice, Benin, Brasil, Burkina Faso, Burundi, República Centroafricana, Comoras, Congo, Costa Rica , República Popular Democrática de Corea, República Democrática del Congo, Djibouti, Ecuador, Eritrea, Estados Unidos, Gambia, Grenada, Guatemala, Guinea-Bissau, Honduras, Irán, Israel, Kiribati, Líbano, Lesotho, Liberia, Madagascar, Malí, Mauritania, México, Mozambique, Níger, Nigeria, Omán, Panamá, Papua Nueva Guinea, Perú, Filipinas, República de Corea, Rumania, San Cristóbal y Nevis, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Seychelles, Somalia, Sri Lanka, Sudán, Sudán del Sur, Suriname, Tayikistán, Togo, Tonga, Trinidad y Tobago, Túnez, Turkmenistán, Uruguay, Venezuela y Yemen.

T: MF

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