La delgada línea entre el tráfico y la trata infantil en Zimbawe

Los casos de trata de niños son difíciles de rastrear porque los menores no son responsables de sus acciones y hay una delgada línea entre el tráfico y la trata, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)
Un gran número de niños son transportados en autobuses desde Zimbabwe a los vecinos Sudáfrica o Botswana por mujeres que no son sus madres, en un tráfico que en variadas ocasiones se convierte en casos de trata. Crédito: Michelle Chifamba

Elton Ndumiso, un conductor de autobuses que trabaja en una ruta entre la capital de Zimbabwe y la vecina Sudáfrica, lo ve todo el tiempo: mujeres  que viajan con tres o cuatro hijos, que claramente no  son sus propios hijos, y los trasladan hasta el otro lado de la frontera.

Es un delito ante el cual la mayoría de los conductores  de autobuses hacen la vista gorda o se convierten en cómplices al ayudar a las mujeres cuando surje un problema.

Ndumiso, un apellido ficticio a su pedido,  dijo a IPS que, en muchos casos, algunos conductores de autobuses, hombres y mujeres,  van tan lejos como «hablar» con los agentes fronterizos e incluso sobornarlos, para permitir que los niños y las mujeres ingresen a los países vecinos sin documentos de migración regulares.

La práctica no es nueva.

«Un número de niños han sido transportados por mujeres contrabandistas para cruzar la frontera. Algunas de ellas poseerán declaraciones juradas que afirman que son los guardianas legales de los niños. Es difícil demostrar cuáles serían las intenciones de las contrabandistas tras cruzar la frontera con Sudáfrica”, reconoció Ndumiso.

El parlamento de Zimbabwe señala que la trata infantil es uno de los mayores desafíos que enfrenta el país, como resultado de las críticas condiciones económicas imperantes.

De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la agencia de las Naciones Unidas para el tema, hay una serie de casos de padres zimbabuenses que viven en países vecinos y que pagan a las contrabandistas para lograr la reunificación con sus hijos en su país de destino.

Es posible que Ndumiso no sepa cuales son los riesgos de muchos niños después de que crucen la frontera, pero también ha visto casos de niños en peligro durante el viaje, como cuando hace poco una mujer perdió uno de los cuatro niños que transportaba, cuando el bus hizo una parada.

«El niño tenía ocho años y desapareció en el pequeño pueblo minero de Mvuma, en la provincia de Midlands, donde el autobús se había detenido para un descanso. Lo buscamos pero no pudimos encontrarlo. Tuvimos que dejar a la mujer en la stación de policía más cercana», rememoró Ndumiso. La mujer explicó que llevaba a los niños para reunirse con sus padres en Sudáfrica.[pullquote]1[/pullquote]

La OIM dijo a IPS que, a pesar de que hay una gran cantidad de casos de contrabando y tráfico de niños a través de las porosas fronteras de Zimbabwe, estos casos aún son poco visibles y no se denuncian por la naturaleza del delito.

La directora de programas de la OIM-Zimbabwe, Ana Medeiros, añadió que esto se debe en gran medida al hecho de que en muchos casos las víctimas tinen miedo de hablar y contar sus historias.

El informe de 2018 de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento de Zimbabwe establece que las cifras sobre la trata o no existen o no están disponibles.

En el reporte, el parlamento registra que en Zimbabwe es difícil establecer el delito de tráfico y trata de niños, ya que detras de este comercio ilegal hay multimillonarias cantidades de dineros y redes delictivas que se extienden por todo el mundo.

«Son mafias muy  calculadoras que crean vínculos dentro del gobierno y …a nivel mundial para reclutar víctimas desprevenidas que se sienten tentadas por la (falsa) oporunidad de mejorar sus vidas», aegura el informe.

La jefa de la Comisión de Género de Zimbabwe, un organismo independiente a favor de los derechos de la mujer, Virginia Muwanigwa, dijo a IPS que muy pocos casos de trata de niños salen a la luz cada año en Zimbabwe, en parte porque son difíciles de rastrear.

«En la mayoría de los casos, los traficantes que pagan a los contrabandistas para transportar a los niños a lo largo de las fronteras son familiares cercanos, que pueden contar con declaraciones juradas y el consentimiento de los padres o tutores de los niños para el transporte y también pueden sobornar a  funcionarios fronterizos», explicó.

Según la OIM, el contrabando prevalece principalmente en las fronteras de Sudáfrica y Botswana, donde los funcionarios pueden ser fácilmente sobornados para facilitar el ingreso sin los documentos requeridos o con papeles falsificados.

Sin embargo, su representante, Medeiros, precisó que «los contrabandistas no son traficantes porque en la mayoría de los casos se les paga por su servicio para facilitar el proceso de ingreso ilegal”.

Eso sí, destacó, las personas contrabandistas “en algunos casos pueden estar vinculadas a los traficantes y las fronteras porosas hacen que el tráfico de niños también sea frecuente»..

«Los casos de trata de niños son difíciles de rastrear porque los menores no son responsables de sus acciones y hay una delgada línea entre el tráfico y la trata. La trata no siempre es clara, ya que muchas personas traficadas pueden ser registradas como migrantes en el país de destino», resaltó Medeiros IPS

Añadió que cuando se refiere a casos de trata de niños, por lo general, personas de confianza como miembros de la iglesia y familiares reclutan a los niños con la promesa de un trabajo o una educación en otro país, donde terminan en situación de servidumbre doméstica o explotación sexual.

«Como resultado de la naturaleza del delito, el componente de confidencialidad cuando se investigan los problemas de la trata infantil y la falta de conocimiento sobre el delito de trata de personas, muchas familias y niños son víctimas de la trata, especialmente cuando participan personas cercanas a ellos, a quienes les pagan por reclutar a niños pequeños», dijo Medeiros.

Actualmente, la OIM colabora conmZimbabwe con programas de capacitación sobre el delito de la trata.

Por ejemplo, La OIM apoya al Ministerio de Trabajo y organizaciones de la sociedad civil, con materiales informativos, como volantes, pancartas, camisetas o exhibiciones itinerantes en todas las provincias, con el fin de educar y concienciar a la gente sobre el delito, explicó la funcionaria.

Además, la OIM también acoge a en albergues víctimas de la trata y les brinda asesoramiento.

«En los refugios, las víctimas reciben asesoramiento y comparten sus historias sobre cómo terminaron siendo contrabandeadas o traficadas y cayeron víctimas de trata», agregó Medeiros.

La especialista zimbabuense Muwanigwa también cree que hacen falta leyes más estrictas para proteger a la población infantil del delito de la trata.

«Existe la necesidad de reformar la legislación, ya que se investigan muy pocos casos de tráfico o trata de niños. Las limitaciones de recursos también son el principal inconveniente abordar delitos complejos como la trata de personas en Zimbabwe», dijo Muwanigwa.

T: MF

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