“Súper año” de cumbres es una oportunidad para salvar la naturaleza

Este “súper año” de cumbres es una oportunidad para que comencemos a transformar holísticamente nuestra relación con la naturaleza y avanzar hacia caminos más sostenibles
Portada de la última y alarmante Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas, de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), que servirá de base para las cumbres y reuniones de alto nivel de este año, que buscarán contener los peligros que se ciernen sobre la naturaleza y amenazan la vida del planeta. Crédito: IPBES

Un millón de especies están en peligro de extinción a corto plazo, en un planeta sometido a cinco grandes riesgos: el fracaso de la adaptación y mitigación del cambio climático, los eventos climáticos extremos, la pérdida importante de biodiversidad y colapso de ecosistemas, las crisis alimentarias, y la crisis de agua.

Esa es la conclusión de nueva encuesta realizada entre 222 científicos de 52 países por Future Earth, una red mundial de investigadores que trabajan por un planeta más sostenible, incluida en su reporte Nuestro Futuro en la Tierra 2020, lanzado el 14 de febrero.

Anne Larigauderie, secretaria ejecutiva de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, en inglés), dijo a IPS en una entrevista exclusiva que el cambio climático, los fenómenos climáticos extremos, la pérdida de biodiversidad y las crisis de alimentos y del agua son emergencias que ya están ocurriendo, principalmente como resultado de las actividades humanas.

Y todos ellas ya están impactando profundamente la vida de las personas en el planeta.

«Por lo tanto, es imperativo que la comunidad científica y de expertos hagan oír su voz, como lo ha hecho Future Earth, basándose en los mensajes clave del Informe de Evaluación Global de la IPBES (publicado en mayo de 2019), para proporcionar a los tomadores de decisiones la evidencia y las opciones que necesitan para actuar», destacó.

Para Larigauderie, una reconocida especialista francesa en ecología, algo importante ante esta situación es que no solo la voz de la ciencia está hablando por la naturaleza, sino que la comunidad empresarial mundial también está cada vez más abierta a abordar los riesgos de la crisis de la naturaleza y la necesidad de una acción informada y basada en la evidencia.

Por ejemplo, en el Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial, difundido en enero durante su encuentro anual en Davos, los cinco peligros percibidos como los principales son todos ambientales.

Los tomadores de decisiones tienen ahí una amplia gama de opciones en todos los sectores, sistemas y escalas para cambiar y avanzar hacia caminos más sostenibles, aseguró Larigauderie, quien subrayó que es un hecho que hay un millón de especies en peligro de extinción, pero lo positivo es que aún hay soluciones al alcance para afrontar esta emergencia.

Esas soluciones se buscarán en la 15 Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15), que establecerá en octubre el Marco Mundial de la Diversidad Biológica Posterior a 2020, que regirá la defensa de la naturaleza desde el año próximo.

Funcionarios y expertos se reunirán entre el 24 y el 29 de este mes en Roma, en la primera reunión previa a esa COP, donde se discutirá el borrador inicial de ese nuevo marco. Un segundo encuentro preparatorio tendrá lugar en la ciudad colombiana de Cartagena en julio.

El nuevo Marco será aprobado por las 196 partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en la COP15 que se celebrará en la ciudad de Kunming, en China, del 15 al 28 de octubre, y en cuyo escenario se adoptarán otras medidas para proteger los ecosistemas ante las emergencias cada día más variadas y urgentes que soporta.

Ese Marco va a partir de las Metas de Aichi para la biodiversidad, que se adoptaron en esa ciudad japonesa durante la COP10 del CDB, en 2010, que son 20 pautas agrupadas en cinco objetivos estratégicos incluidos en el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020, y que están alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que se aprobaron en 2015 y deben alcanzarse para 2030.

Esta COP15 es una de las citas principales de lo que ya se ha catalogado como un “súper año” para afrontar problemas clave para la naturaleza, con una seguidilla de cumbres y otros encuentros de alto nivel que, además de la biodiversidad, van a abordar temas tales como especies migratorias, océanos, la propia naturaleza, agua, los ODS o el cambio climático.

De todo esto habló la máxima responsable de IPBES con IPS, en una entrevista de la que siguen algunos extractos.

La secretaria ejecutiva de IPBES, Anne Largauderie. Crédito: IPBES

IPS: ¿Cuántas de las 20 Metas de Aichi se han logrado hasta ahora o se lograrán en 2020, su último año en vigor?

ANNE LARIGAUDERIE: El Informe de Evaluación Global de IPBES muestra que, de las 20 Metas de Aichi para la Diversidad Biológica, se han logrado buenos avances en los componentes de solo cuatro, progreso moderado en los componentes de otras siete, y un progreso deficiente en otras seis. En tanto que han tenido éxito en prevenir la extinción de algunas especies en otras tres, como son las acciones de conservación, incluidas las áreas protegidas, los esfuerzos para gestionar el uso no sostenible y abordar la captura y el comercio ilegales de especies, y la translocación y erradicación de especies invasoras.

Se han hecho buenos progresos en menos de 10% de los 54 elementos totales (de las Metas). En 39% de los elementos, se ha visto un progreso deficiente e incluso alguna pérdida de progreso.

Como resultado, el estado de la naturaleza en general continúa en declive, con 12 de los 16 indicadores que muestran tendencias que han empeorado significativamente.

Nunca ha sido más urgente para los tomadores de decisiones en todos los niveles tener la mejor evidencia y prestar atención a las advertencias de la ciencia, ya que las decisiones tomadas ahora tendrán implicaciones directas para nuestro futuro compartido.

IPS: ¿Cómo le está yendo al mundo en relación con los ODS, especialmente en lo que respecta al impacto de la crisis de la naturaleza y la falta de logros en la mayoría de las Metas de Aichi?

AL: El desarrollo humano depende directamente de la naturaleza, desde la seguridad alimentaria y del agua hasta el empleo, la salud y el bienestar general. Las rápidas disminuciones que estamos viendo ahora en la biodiversidad, y muchas de las contribuciones de la naturaleza a las personas, significan que la mayoría de los objetivos de desarrollo internacional no se lograrán, a menos que hagamos cambios fundamentales en todo el sistema. El Informe de Evaluación Global de IPBES encontró que 80% de los objetivos de los ODS evaluados se verán socavados por las tendencias negativas en la naturaleza.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las Metas de Aichi para la Diversidad Biológica están estrechamente relacionados, y muchas de las Metas se han integrado en los ODS.

Nuestra incapacidad para alcanzar las Metas de Aichi no es un buen augurio para los esfuerzos para lograr los ODS, a menos que veamos una reorganización fundamental en todo el sistema a través de factores tecnológicos, económicos y sociales, incluidos paradigmas, objetivos y valores, para abordar los impulsos directos e indirectos detrás de la crisis de la naturaleza.

Además de las conexiones claras con el clima, los océanos y la tierra, la crisis de la naturaleza tiene implicaciones directas para la pobreza, el hambre, la salud, el agua y las ciudades, junto con una relación más compleja con la educación, la igualdad de género, la reducción de las desigualdades y la promoción de la paz y la justicia.

Sin un cambio transformador que aborde los impulsores directos e indirectos de la pérdida de biodiversidad, no alcanzaremos los ODS.

IPS: ¿Cómo impactará en los objetivos de preservar la biodiversidad la creciente población mundial, desde los 7600 millones actuales hasta los 8600 millones estimados en 2030, con 43 ciudades que sobrepasarán los 10 millones de habitantes para entonces? Ya hay advertencias de que el aumento de la población tendrá implicaciones negativas en la demanda de recursos, incluidos los alimentos, la infraestructura y el uso de la tierra.

AL: El crecimiento de la población es un importante motor indirecto del cambio en la naturaleza. Desde 1970, la población humana se ha más que duplicado, mientras que al mismo tiempo el consumo por persona también se ha incrementado bruscamente (15% desde 1980), la economía mundial se ha multiplicado por casi cuatro veces, el comercio mundial se ha multiplicado por 10, y los costos ambientales y sociales de la producción y el consumo se han alejado directamente de aquellos responsables.

En otras palabras, el crecimiento de la población es importante, pero es solo uno de los  motores indirectos clave del cambio que son clave del cambio que apuntala el uso insostenible de nuestros recursos naturales. Otros impulsores indirectos importantes incluyen la economía y la tecnología, las instituciones y la gobernanza y los conflictos. Y todo ello depende de nuestros valores y comportamientos.

Abordar todos los causantes indirectos, incluido el crecimiento de la población, de manera integrada y holística, nos permitirá alcanzar nuestros objetivos compartidos de desarrollo global.

De hecho, como observan dentro del DDB los copresidentes del Grupo de Trabajo, de composición abierta,  sobre el Marco Mundial de Diversidad Biológica Posterior a2020, «los cambios de gran envergadura que se requieren para alcanzar la Visión 2050 necesitarán un grado de colaboración sin precedentes y una compromiso total de la sociedad (como se indica en el  Borrador cero, página 3, 6 (f))”.

IPS: Este es un “súper año» para la naturaleza, con importantes cumbres e hitos esperados tanto en el cambio climático como en la biodiversidad, ¿qué planes hay para reunir a las comunidades científicas y expertas del clima y la biodiversidad para ayudar a informar mejor las decisiones y acciones para el próxima década?

AL: 2020 tiene un potencial real para ser un punto de inflexión para la sociedad, donde podemos comenzar a transformar holísticamente nuestra relación con la naturaleza. El llamado «Súper Año para la Naturaleza» es una oportunidad para que los responsables de la toma de decisiones en todos los niveles de la sociedad escuchen y actúen sobre la ciencia sobre la biodiversidad y el cambio climático. Los riesgos no podrían ser mayores.

El cambio climático y la pérdida de biodiversidad son desafíos inseparables que deben abordarse juntos, tanto en la comunidad científica como en las políticas y los negocios.

Del 12 al 14 de mayo de este año, mucho antes de las dos principales conferencias sobre biodiversidad y clima de las Naciones Unidas, el IPBES y el IPCC (Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático) copatrocinarán un taller, el primero de su tipo, con el fin de reunir a los principales científicos para que se enfoquen las oportunidades de confluir ambos desafíos y los riesgos de abordarlos por separado.

El informe de este taller será un documento importante que informará a las Conferencias de las Partes del CDB y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), en la COP15 (del CDB en octubre en China) y la COP26 (de la CMNUCC, en la ciudad británica de Glasgow, en noviembre) sobre la implementación del Acuerdo de París sobre cambio climático, el Marco Mundial de la Diversidad Biológica Posterior a 2020 y los ODS.

La Evaluación Global de IPBES encontró que las soluciones basadas en la naturaleza pueden proporcionar más de un tercio de la mitigación climática necesaria para mantener el calentamiento del planeta por debajo de los dos grados centígrados.

T: MF

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