La mitad de los niños del mundo son víctimas de la violencia

El abuso y la violencia contra niñas y niños tiene una alta prevalencia en todas las regiones del mundo, con maltrato psicológico, físico e incluso homicidio. Las agencias de la ONU recomiendan fortalecer las legislaciones nacionales y desarrollar contextos culturales en los que esa violencia sea inaceptable. Foto: Anush Babajanyan/Unicef
El abuso y la violencia contra niñas y niños tiene una alta prevalencia en todas las regiones del mundo, con maltrato psicológico, físico e incluso homicidio. Las agencias de la ONU recomiendan fortalecer las legislaciones nacionales y desarrollar contextos culturales en los que esa violencia sea inaceptable. Foto: Anush Babajanyan/Unicef

Uno de cada dos niños en el planeta, unos 1000 millones de ellos, se ven sujetos cada año a violencia física, sexual o psicológica, lo que puede causarles traumatismos, discapacidad o muerte, de acuerdo con un estudio de varios organismos de la ONU.

Unos 40 000 menores de 18 años fueron asesinados en 2017, según una de las constataciones del estudio conducido por las agencias de Naciones Unidas para la salud, la educación y la infancia, y organizaciones humanitarias aliadas.

Prácticamente todos los 155 países observados durante 2018 y 2019 reportan daños por tratos violentos a niñas, niños y adolescentes, aunque se registren con mayor frecuencia distintas formas de maltrato en naciones industrializadas y en desarrollo.

Por ejemplo, en 24 países de ingresos altos y medios, algún tipo de violencia sexual afectó a entre ocho y 31 por ciento de las niñas menores de 18 años, y entre tres y 17 por ciento de los niños y adolescentes de sexo masculino.

En 14 países de ingresos bajos que completaron la encuesta de violencia contra los niños, el porcentaje de niñas que experimentaron violencia sexual antes de los 18 años es relativamente bajo en Camboya y Laos, entre tres y siete por ciento, y alto en Uganda y Zimbabwe, entre 35 y 33 por ciento.

Para los niños varones que experimentaron violencia sexual, las tasas fueron bajas en Camboya y El Salvador, tres y cuatro por ciento, y las altas, 18 y 21 por ciento, en Kenia y Haití.

La prevalencia del abuso físico fue muy alta en algunas regiones, en  60 y 51 por ciento, respectivamente, en niños y niñas de África. El abuso emocional registrado por el estudio fue similar en niños y niñas de todos los continentes, pero en Améria del Norte fue el doble sobre las niñas que sobre los niños (28 y 14 por ciento).

Cientos de millones de niños pequeños sufren castigos físicos o agresiones psicológicas por parte de sus cuidadores de manera regular, según el informe.

Esa violencia “siempre ha estado presente, y la situación podría empeorar mucho, porque el confinamiento, los cierres de escuelas y las restricciones al movimiento han dejado a demasiados niños a merced de quienes les maltratan”, dijo la directora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore.

El informe recordó que las medidas para combatir la pandemia covid-19 dejaron sin escuela presencial a 1500 millones de alumnos, con un incremento de la violencia contra los niños como una de sus secuelas probables.

Las restricciones de movimiento, la pérdida de ingresos, el aislamiento y el hacinamiento han aumentado los niveles de estrés y ansiedad en padres, cuidadores y niños, según el informe, lo que erosiona la capacidad de hacer frente a las crisis en las rutinas diarias, entre ellas las que desembocan en maltrato infantil.

Se han observado incrementos en el número de llamadas a las líneas telefónicas de ayuda contra el maltrato infantil y la violencia de pareja, y en cambio disminuyeron los reportes de maestros y trabajadores sociales y de la salud que informaban de ese maltrato, porque el confinamiento disminuye su contacto con los niños.

El maltrato infantil conlleva cargas económicas, y el informe menciona que las experiencias adversas en la infancia correspondientes a 2017 acarrearían costos de por vida estimados en más de 700 000 millones de dólares para América del Norte, más de 500 000 millones para Europa y más de 26 000 millones en Sudáfrica.

Las estrategias recomendadas a los países comienzan por instrumentar y fortalecer la legislación contra el abuso y el maltrato infantil, y desarrollar contextos con normas y valores en los que la violencia contra los niños sea inaceptable, así como minimizar el matrimonio forzado de las menores de 18 años.

Igualmente, crear entornos físicos seguros para los niños, ofrecer apoyo a padres y cuidadores,  mejorar la respuesta y servicios de apoyo a las víctimas, ofrecer a los niños educación y aptitudes para la vida, y fortalecer los ingresos y la estabilidad económica de las familias.

A-E/HM

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