Responsables de agencias de la ONU critican la lucha anticovid

La alta comisionada de la ONU para los derechos Humanos, Michelle Bachetet, junto a Guy Ryder de la Organización Internacional del Trabajo y Olivier De Shutter, relator sobre la pobreza extrema, señalaron errores en las políticas ante la pandemia. Foto ONU

Los responsables de las Naciones Unidas en derechos humanos, trabajo, y pobreza extrema, criticaron el carácter cortoplacista y sin soluciones de fondo con el que los gobiernos conducen la lucha contra la pandemia covid-19, en un documento divulgado este jueves 1.

El enfoque actual de los planes de respuesta no funciona porque “es como empezar a reclutar bomberos después de que haya estallado un incendio, y luego dirigirlos para que salven sólo unas pocas habitaciones del edificio en llamas”, señalaron.

El crítico texto está suscrito por Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Guy Ryder, director de la Organización Internacional del Trabajo, y Olivier de Schutter, relator especial sobre la pobreza extrema.

Las medidas adoptadas por los gobiernos para enfrentar la pandemia “son encomiables”, según los autores, pero tienen dos grandes limitaciones, la primera de las cuales es el carácter temporal y de corto plazo de las provisiones decididas.

En segundo término, las políticas y medidas tomadas “no abordan las amenazas existenciales que afrontan muchas de las comunidades más afectadas del mundo”.

La covid ha contagiado a 34 millones de personas, con más de un millón de muertos, pérdidas económicas globales calculadas en 375 000 millones de dólares, una recesión estimada en -4,9 por ciento este año y el riesgo de que se pierdan horas de labor equivalentes a casi 500 millones de empleos trimestralmente.

Los planes de respuesta a la pandemia, recordaron los directivos de la ONU, han incluido permisos pagados, transferencias de efectivo y apoyo familiar, medidas que han ayudado en lo inmediato a capear el temporal.

Sin embargo, muchos de los arreglos están pensados como respaldo al confinamiento o al periodo que tomaría la recuperación económica, “por lo que no producen cambios en las circunstancias subyacentes que dejaron a millones de personas vulnerables, ni mejoran su situación frente a futuras crisis”, señaló el texto.

Además, aunque el gasto de los gobiernos del mundo en la respuesta a la covid supera los 11 billones (millones de millones) de dólares, esos recursos han cubierto básicamente a los países ricos.

Mientras tanto, los países en desarrollo -sobre todo los de renta baja-, no pueden implementar la respuesta a la crisis que necesita su población, ni los sistemas de protección social a largo plazo que crearían resiliencia ante las crisis.

El documento recuerda que, ya antes de la covid, 69 por ciento de la población mundial no contaba con una cobertura de seguridad social o la tenía parcial, y “en las emergencias como la que vivimos, la humanidad solo es tan fuerte como su grupo más débil”.

“Si queremos crear una mayor resistencia y una capacidad de recuperación más eficaz, tenemos que apoyar a todos los países en la creación de niveles mínimos de protección social sólidos”, afirmaron Bachelet, Ryder y De Shutter.

Subrayaron que “en estas circunstancias, la solidaridad internacional es esencial y en interés de todos”, y añadieron que “es asequible brindar niveles mínimos de protección social a todas las personas del mundo”.

Aludieron a las promesas recurrentes que hacen numerosos actores internacionales  respecto a “reconstruir mejor” a partir de la actual crisis, y recalcaron que “eso solo se podrá hacer si todo el mundo tiene un nivel mínimo de protección social, incluidos los más pobres y marginados”.

Insistieron en que los países deben desplegar el máximo de los recursos disponibles para que la protección social sea una realidad para todos, y para ello será necesario adoptar enfoques más eficaces en materia de tributación y lucha contra la corrupción.

“A más largo plazo, esta redistribución de los activos contribuirá a frenar la desigualdad y la discriminación y a apoyar la promesa del Programa de Desarrollo Sostenible (de las Naciones Unidas) de 2030, de ´no dejar a nadie atrás´”.

Pero, sobre todo, reiteraron, “para reconstruir mejor es necesario contar con la solidaridad internacional y una mejor protección social para todos, no sólo para los que ya pueden permitírselo”.

A-E/HM

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