Las remesas al Sur resisten ante la pandemia

Ante la pandemia resiste el envío de remesas a familiares, sin embargo, se calcula una caída del siete por ciento tanto en 2021 como en 2021.
Una mujer retira dinero enviado por sus familiares en una sucursal bancaria en Mauritania. Las remesas caen menos de lo esperado por un mayor esfuerzo de los migrantes, quizá no sostenible en el tiempo, según el Banco Mundial. Foto: Arné Hoel/BM

Las remesas que envían los migrantes a los países en desarrollo caerán siete por ciento tanto en 2020 como en 2021, pero esa merma es inferior a la temida cuando la pandemia covid-19 forzó los primeros confinamientos este año, indicó el más reciente informe del Banco Mundial.

Según el banco “el panorama no es absolutamente desalentador. Las remesas suelen aguantar en respuesta a choques negativos en los países receptores. Este hecho posiblemente explica la razón por la que sorprendentemente han resistido en muchos países durante el primer semestre de este año”.

Los flujos de remesas a los países de ingreso mediano bajo, que alcanzaron un tope de 548 000 millones de dólares en 2019, caerán a 508 000 millones en 2020 y a 470 000 millones de dólares en 2021, para completar un descenso de 14 por ciento, de acuerdo con los nuevos cálculos del organismo multilateral.

Sus estimados en abril en cambio apuntaban a una caída de -19,7 por ciento este año, hasta apenas completar 445 000 millones de dólares.

La recuperación de las remesas con respecto a los cálculos de abril “podría estar impulsada por una mayor necesidad de enviar dinero a las familias, ya que los países receptores enfrentan ahora las dificultades de la pandemia. Este hecho ilustra la función anticíclica de las remesas”, según el informe.

Sin embargo, “en caso de que los migrantes estén recurriendo a sus exiguos ahorros para apoyar a sus familias en sus países de origen, esto no será sostenible en el tiempo, en especial si la recesión en las economías de acogida se prolonga”.

Ese flujo podría peligrar, por ejemplo, con un segundo brote de coronavirus en la última parte del año en las economías de acogida, consideró el informe.

Las remesas son fundamentales para los países de ingresos medianos y bajos, pues superaron en 2019 los flujos de inversión extranjera directa, que alcanzaron 534 000 millones de dólares, y los de asistencia externa para el desarrollo, que apenas llegaron a 166 000 millones.

El año pasado las remesas superaron cinco por ciento del producto interno bruto en 57 países, y el dinero se dirigió principalmente a los hogares de bajo ingreso, con necesidades acuciantes en el contexto de la actual crisis sanitaria, reconoció el banco.

Todas las regiones resultarán afectadas por la merma en las remesas tanto este año como el próximo, pero la baja se sentirá con más fuerza en Asia y el Pacífico, y la relativamente mejor librada resultará América Latina y el Caribe.

En Asia oriental y el Pacífico la merma será de 11 por ciento este año y cuatro por ciento el próximo, en Asia Central de 16 y ocho por ciento, en Oriente Medio y Norte de áfrica de ocho por ciento tanto en 2020 como en 2021, en África al sur del Sahara de nueve y seis por ciento, y en Asia meridional de cuatro y 11 por ciento.

En América Latina y el Caribe se prevé una reducción mínima en 2020, de apenas 0,2 por ciento en los 96 000 millones de dólares que los migrantes envían a sus familias, pero el año próximo la reducción sería de ocho por ciento, en paralelo con el impacto general de la pandemia sobre la economía y el empleo.

En el caso de México, por ejemplo, economistas explican que el sostén e incremento de las remesas se debe a que la mayor población de mexicanos que viven legalmente en Estados Unidos, fuente de su empleo e ingresos, los han hecho más resistentes y capaces en el manejo de sus finanzas.

O en el caso de los migrantes oriundos de Guatemala, el mantenimiento de los sectores estadounidenses donde más se emplean, agricultura y servicios, les ha permitido mantener ingresos y capacidad de enviar dinero a sus familias.

En República Dominicana se destacó el mayor uso de tecnologías disruptivas, como las criptomonedas, lo que abarata el costo de las remesas y favorece el flujo neto hacia los hogares.

Dilip Ratha, autor del informe del Banco Mundial, advirtió que en los países de acogida “los migrantes están sufriendo mayores riesgos de salud y desempleo durante esta crisis,” y por ello “puede empeorar la situación de estas remesas vitales, porque los factores fundamentales que impulsan su flujo son frágiles”.

A-E/HM

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