Una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual

Jóvenes estudiantes y su maestra en Uganda dialogan sobre la violencia padecida por millones de mujeres en todas las regiones del mundo, en primer lugar a manos de sus propias parejas. Foto: Jimmy Adriko/Unicef
Jóvenes estudiantes y su maestra en Uganda dialogan sobre la violencia padecida por millones de mujeres en todas las regiones del mundo, en primer lugar a manos de sus propias parejas. Foto: Jimmy Adriko/Unicef

La violencia de género es un lastre generalizado en todas las regiones el mundo y una de cada tres mujeres la ha sufrido, generalmente desde que es muy joven, resaltó un estudio conjunto de ONU Mujeres y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El problema lo han sufrido, a manos de su pareja u otras personas, 736 millones de mujeres, no disminuyó en la última década y se ha exacerbado durante la pandemia covid-19, dijo el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Una de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 24 años que ha tenido alguna relación íntima lo habrá padecido al llegar a los 25.

Ante ese flagelo “no disponemos de vacunas para frenarlo, sólo podemos enfrentarlo si gobiernos, comunidades y personas adoptan medidas para cambiar actitudes perjudiciales, mejorar el acceso a oportunidades y servicios para mujeres y niñas, y fomentar relaciones saludables y de respeto mutuo”, dijo Tedros.

Aunque los datos sobre actos de violencia de género son parciales, porque muchas víctimas no la denuncian por temor a la estigmatización, las agencias de las Naciones Unidas consideran que los ataques físicos o sexuales perpetrados por una pareja son el tipo de violencia más frecuente contra las mujeres.

El resultado registrado es de 641 millones de afectadas, en un total de población mundial femenina de 3840 millones.

A estas embestidas se suman las agresiones sexuales de personas que no son el cónyuge o un compañero íntimo, reportadas por seis por ciento de las mujeres.

Las mujeres de los países de renta baja y baja media padecen la violencia de género de manera desproporcionada, de acuerdo con el estudio.

La OMS estima que 37 por ciento de las mujeres de los países más pobres han sido objeto de violencia física o sexual por parte de una pareja en algún momento de su vida, y en algunos países la incidencia alcanza a una de cada dos mujeres.

Oceanía, Asia meridional y África subsahariana son las regiones con mayor prevalencia de este lastre entre las mujeres de 15 a 49 años, con índices entre 33 y 51 por ciento. Los indicadores más bajos (16-21 por ciento) son de Europa, Asia central y del sureste, y América Latina y el Caribe registra 25 por ciento.

Todos esos números se desprenden del documento “Estimaciones mundiales, regionales y nacionales de la prevalencia de la violencia de pareja contra la mujer y estimaciones mundiales y regionales de la prevalencia de la violencia sexual fuera de la pareja contra la mujer”.

Ese estudio, el mayor sobre el tema hecho hasta ahora, comprende el período 2000-2018, es decir, no incluye el impacto de la pandemia, que además ha interrumpido servicios de apoyo a las víctimas, destacaron los responsables de la ONU

En el informe “estamos hablando de la situación previa a la imposición de medidas para hacer frente a la pandemia, como el confinamiento en los hogares”, subrayó la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.

“Sabemos que la covid-19 ha dado lugar a una pandemia oculta de todos los tipos de violencia contra las mujeres y las niñas, como muestra el incremento de los casos notificados”, dijo Mlambo-Ngcuka.

La también subsecretaria general de la ONU llamó a todos los gobiernos a “enfrentar este problema de forma decidida”, aumentando la protección a las mujeres y fomentando su empoderamiento.

Para evitar la violencia de género, la OMS y ONU Mujeres consideran urgente combatir las desigualdades económicas y sociales sistémicas, ampliar el acceso a la educación e impulsar la creación de empleos seguros y decentes.

Asimismo, se requiere cambiar las normativas e instituciones que discriminan por motivos de género y garantizar los servicios para las víctimas de esa violencia.

Ambas entidades reclamaron “políticas sólidas que transformen las relaciones de género y abarquen desde el cuidado de los niños hasta la igualdad salarial, fortalezcan los sistemas sanitarios y favorezcan que en los centros de enseñanza se cuestiones las actitudes y creencias discriminatorias”.

A-E/HM

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