En Madrid, en un barrio considerado de “clase alta”, como el de Salamanca, hay edificios relativamente modernos al lado de casas de la época de Francisco Franco (1939-1975). En esta capital de España también se pueden ver comercios de chinos, que venden ropa linda y barata donde estaban las boutiques en las que solían comprar las adineradas mujeres de mediana edad.
Los trabajadores de la salud que son en su mayoría mujeres inmigrantes, también quedan expuestos a grandes riesgos por la poca o nula protección, por no mencionar la violación de sus derechos laborales.
“Los gobiernos europeos son cómplices de la tortura y el abuso de decenas de miles de refugiados y migrantes detenidos por las autoridades migratorias de Libia en condiciones lamentables”, denunció Amnistía Internacional en el marco del gran malestar por la trata y el tráfico de personas en ese país.
La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel no solo significa un “beso de la muerte” a la solución de dos estados, sino también un duro golpe para 57 países musulmanes, lo que aviva una región volátil y da más argumentos falsos a organizaciones terroristas para que escalen sus acciones criminales, además de agravar el conflicto de Washington con Irán.
Cada vez más países adoptan medidas para prevenir el mal uso o el uso excesivo de antimicrobianos, un problema que deriva en la muerte de unas 700.000 personas al año. Pero aún así, se siguen usando para acelerar el crecimiento de animales, a menudo con el fin de obtener mayores beneficios económicos.
Puede resultar extraño, pero científicos y expertos aseguran que las aplicaciones nucleares en agricultura y, por lo tanto, en la producción de alimentos, promueven la seguridad alimentaria. ¿Pero cómo funciona?
Hay millones de personas en el mundo privadas del derecho a una identidad y sin nacionalidad. No se conoce el número exacto, por razones obvias, pero lo cierto es que su único pecado es pertenecer a una minoría étnica, religiosa o lingüística en un país en el que viven desde hace generaciones.
El creciente movimiento de personas, ya sean migrantes o refugiados, del que todo el mundo habla, choca de frente con la falta de acción de autoridades y dirigentes políticos, que no atienden las causa que empujan a millones de personas a abandonar sus hogares.
El modelo económico lineal prevaleciente, de “tomar-hacer-desechar” que consiste en el agotamiento voraz de los recursos naturales tanto en la producción como en el consumo, resultó ser uno de los mayores asesinos pues genera la enorme contaminación del aire, el suelo y el agua.
Al mundo se la acaban los antibióticos para combatir la creciente amenaza que supone la resistencia antimicrobiana, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS), al anunciar la Semana Mundial de Concienciación sobre los Antibióticos, que se conmemorará del 13 al 19 de noviembre.
El número de personas que actualmente se ven obligadas a abandonar sus hogares no se veía desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y es el resultado de conflictos, de la creciente inestabilidad política, el hambre, la pobreza y el aumento de eventos extremos, causados por el cambio climático.
El aumento de población, la creciente urbanización, las tecnologías modernas y el cambio climático aceleran la transformación del mundo. ¿Hacia dónde va? ¿A quiénes beneficia? ¿Podrá el futuro sistema alimentario dar de comer y emplear a los millones de jóvenes que entrarán al mercado laboral en las próximas décadas?
“Aquí está nuestro campeón”, dijo Mario, de 63 años, a IPS, quien junto a su esposa Concetta, de 57, tiene un restaurante en la capital griega. El campeón es Mahmud, un egipcio de 29 años, que llegó a Italia hace siete y comenzó a lavar platos.
La industria electrónica ya genera 41 millones de toneladas de basura tecnológica al año, pero con el creciente número de consumidores y la reducción de la vida útil de los dispositivos debido a la demanda de lo más nuevo y mejor, este año los desechos tecnológicos podrían llegar a 50 millones de toneladas.
Cuando a mediados de la década de los años 90 se popularizó el eslogan “piensa globalmente y actúa localmente”, probablemente nadie pensó que le llevaría décadas a la humanidad llevarlo a la práctica.
Exacerbados por los avatares climáticos, los cada vez más numerosos conflictos son los principales responsables de la grave crisis alimentaria actual y del resurgimiento de las últimas hambrunas, alerta el primer informe de la ONU que mide los avances hacia la Agenda 2030.
Los desastres climáticos ya comienzan a determinar seriamente la agenda internacional frente a eventos como las inundaciones sin precedentes en Asia meridional, los fuertes huracanes en el Caribe, Harvey e Irma, y la catastrófica sequía en el Cuerno de África.