El año 2020 termina con una crisis humana y económica sin precedentes. La pandemia ha contaminado a 75 millones de personas y matado a 1,7 millones. Con los confinamientos, la economía mundial ha sufrido la peor recesión en 75 años, causando la pérdida de ingresos para millones de personas.
Los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del mundo se dan cita virtualmente desde el 12 de octubre en las
Reuniones Anuales 2020 del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, y deciden el destino del mundo.
El 27 de agosto, el
Banco Mundial anunció que suspendía el informe
Doing Business por irregularidades en los datos, hasta que se realice una auditoría y revisión. Sindicatos, académicos y grupos de derechos humanos recibieron positivamente la suspensión del informe.
La covid-19 es devastadora para las personas mayores. Las cifras son asombrosas, más de 80 por ciento de las muertes por coronavirus en Estados Unidos y el este de Asia ocurrieron entre adultos de 65 años o más. En Europa y Australia las cifras son aún más altas, 94 y 97 por ciento de los fallecidos fueron mayores de 60 años.
Después de un período de silencio forzoso debido a las cuarentenas de covid-19, ciudadanos de todo el mundo están desafiando las restricciones del coronavirus y han
vuelto a las calles para luchar por la democracia real, empleos, salarios dignos, servicios públicos, derechos humanos y contra la corrupción, la desigualdad y la injusticia.
La pandemia de covid-19 ha creado una crisis humana y económica sin precedentes. Los gobiernos están tomando medidas enérgicas, instaurando cuarentenas para reducir los contagios, haciendo tests masivos, construyendo unidades de cuidados intensivos de emergencia.
A medida que los sistemas de salud de Asia del Este, Europa y América están desbordados intentando contener la crisis del coronavirus, se espera que la covid-19 va a golpear mucho más fuerte a los países en desarrollo.
A medida que Occidente cuestiona las políticas de austeridad, se están convirtiendo en la nueva normalidad para el resto del mundo, arriesgando el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Mientras ministros de finanzas y economistas llegan a Washington para afrontar los desafíos económicos mundiales, en las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, la mayoría de la población mundial vive con recortes de austeridad y ve cómo se deteriora su nivel de vida.