Artículos escritos por Julio Godoy
Julio Godoy, born in Guatemala and based in Berlin, covers European affairs, especially those related to corruption, environmental and scientific issues. Julio has more than 30 years of experience, and has won international recognition for his work, including the Hellman-Hammett human rights award, the Sigma Delta Chi Award for Investigative Reporting Online by the U.S. Society of Professional Journalists, and the Online Journalism Award for Enterprise Journalism by the Online News Association and the U.S.C. Annenberg School for Communication, as co-author of the investigative reports “Making a Killing: The Business of War” and “The Water Barons: The Privatisation of Water Services”.
Seis años después del inicio de la crisis financiera global, los países de la Unión Europea (UE) siguen protegiendo a sus bancos y sus fondos de inversión, pese a la abundante cantidad de pruebas de que incurrieron en actividades ilícitas o directamente delictivas, y a la nueva acumulación de enormes riesgos financieros.
La FAO está apoyando dos proyectos en apariencia contradictorios en países del Caribe: promoción de bananos orgánicos y uso masivo de fungicidas para combatir la sigatoka negra, enemiga número uno de este alimento clave.
La red mundial La Vía Campesina acaba de declarar la soberanía alimentaria como un "derecho fundamental de todos los pueblos, naciones y estados a controlar sus alimentos y sus sistemas alimentarios, y a decidir sus políticas asegurando a cada uno alimentos de calidad, adecuados, accesibles, nutritivos y culturalmente apropiados".
En la última edición de “Perspectivas Alimentarias”, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) augura que “en el futuro, la quinua podría jugar un papel más importante en el sistema alimentario global, dada su capacidad de adaptación a diferentes regiones agroecológicas y sus cualidades nutricionales superiores".
A juzgar por los reconocimientos que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) acaba de entregar a 11 países latinoamericanos y caribeños, es fácil concluir que la región dio un paso de gigante hacia la erradicación del hambre.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que monitoree el mercado global de alimentos para contrarrestar la especulación con productos agropecuarios y los bloqueos alimentarios.
La especulación financiera con productos agropecuarios, en particular cereales y granos, es una causa de los precios volátiles de los alimentos y contribuye a crear una escasez artificial en tiempos en que el hambre afecta a cientos de millones de personas, afirman especialistas.
Las críticas y gritos de alarma por el desperdicio de comida en Europa, lanzados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y numerosas entidades no gubernamentales, parecen generar sus primeros efectos, sobre todo en iniciativas privadas.
Pese a la evidencia de que el mercado europeo de permisos de emisiones de carbono es un fracaso y tiene efectos perversos en la lucha contra el cambio climático, el Parlamento Europeo dejó pasar la oportunidad de reformarlo.
Apicultores y científicos europeos están alarmados por la mortandad masiva de abejas en casi todo el continente, y acusan a pesticidas e insecticidas de uso común en la agricultura.
Cada vez que el agua caliente usada en la cocina o en la ducha se va por el desagüe, con ella se van también cantidades sustanciales de energía. Aprovecharlas cuesta poco y solo requiere mecanismos simples de intercambio y transmisión de calor. Algunos ya lo están haciendo.
El recalentamiento de la Tierra provocado por las actividades humanas no solo es una realidad indiscutible sino que se aceleró desde 1970, con temperaturas cada vez más altas, advierten nuevos análisis científicos, que ubican a 2012 como el noveno año más cálido desde 1880.
Cuando la Iniciativa Industrial Desertec, una alianza de 21 corporaciones europeas, anunció sus intenciones de instalar una red de plantas termosolares, fotovoltaicas y eólicas en el Magreb, el norte de África, para generar electricidad, fue saludada como una "utopía verde". Y ahí se quedó.
Los programas de austeridad que recorren la Unión Europea (UE) no logran mejorar las finanzas públicas para abrir una solución a la severa crisis de deuda soberana. Por el contrario, agravan aún más el problema, como lo demuestran en particular los indicadores de España, Grecia, Italia y Portugal.
La llamada "prueba de resistencia" realizada a las plantas de energía nuclear de la Unión Europea (UE) confirmó los peores temores de ambientalistas y opositores: que estas no cumplen con los estándares mínimos de seguridad.
Durante muchos años, la Unión Europea (UE) como bloque y sus estados miembros en forma individual estuvieron entre los más fuertes defensores del libre comercio, presentándolo como receta para el crecimiento económico y el bienestar en todo el mundo.