El lapso transcurrido desde el derrocamiento de Mohammad Morsi en Egipto está pautado por acciones casi diarias contra personal de seguridad, especialmente en la tensa península del Sinaí. La identidad de los atacantes es un misterio.
La actual ofensiva en Egipto contra la Hermandad Musulmana y los partidarios del derrocado presidente Mohammad Morsi puede ser señal del resurgimiento del estado policial que caracterizó a la era del expresidente Hosni Mubarak (1981-2011).
Conforme se agrava la crisis política en Egipto, partidarios del derrocado presidente Mohammad Morsi acusan a los medios de comunicación locales, tanto estatales como privados, de ignorar las protestas y ocultar masivos abusos a los derechos humanos.
El golpe de Estado en el que las Fuerzas Armadas de Egipto derrocaron al presidente Mohammad Morsi llevó a algunos analistas a especular con la posibilidad de que en este país se desatara una guerra civil como la que vivió Argelia hace dos décadas. Pero no todos coinciden con ese pronóstico.
El creciente enfrentamiento en Egipto, durante la etapa posterior a la revolución de 2011, entre el Poder Judicial y el presidente Mohammad Morsi parece llegar a su punto máximo con un proyecto de ley que regula la labor de la justicia.
Más de dos años después de desempeñar un papel fundamental en la Primavera Árabe de Egipto, las redes sociales pasaron a tener un rol menos positivo, al servir como plataforma para la incitación, la propagación de rumores y la total desinformación.
Más allá de quién es el responsable de la actual crisis política en Egipto, sea el gobierno islamista de Mohammad Morsi o la beligerante oposición secular, expertos locales están convencidos de al menos una cosa: las duras circunstancias económicas no mejorarán sin estabilidad.
Los estallidos de violencia en Egipto, al conmemorarse el segundo aniversario del comienzo de la revolución del 25 de Enero, plantean varias interrogantes sobre el futuro de este país.
Los egipcios acudirán este sábado 15 a las urnas para decidir sobre un polémico borrador de la nueva Constitución. El referendo divide a la nación, que aún vibra con el fervor del movimiento popular que derrocó al régimen de Hosni Mubarak (1981-2011).
La reacción del nuevo gobierno de Egipto frente a la campaña militar de Israel contra el fronterizo territorio palestino de Gaza, interrumpida el miércoles 21 por la declaración de un cese del fuego, contrastó claramente con la posición del régimen anterior.
Cuando los egipcios eligieron presidente a Mohammad Morsi, de la Hermandad Musulmana, muchos conjeturaron que este país restablecería relaciones diplomáticas con Irán, congeladas desde 1979. Pero esas especulaciones parecen haber sido prematuras.
El malestar que se propagó por Medio Oriente por la difusión de imágenes ofensivas hacia el Islam y, en especial, la violencia frente a la embajada de Estados Unidos en la capital de Egipto no parecen haber afectado la "relación estratégica" entre estos dos países.
Muchos cristianos coptos de Egipto recibieron con inquietud, e incluso pánico, la llegada al gobierno hace tres meses de Mohammad Morsi, de la Hermandad Musulmana. Algunos hasta planearon abandonar el país. Pero esos temores parecen hoy infundados.
La frontera con el territorio palestino de Gaza es uno de los grandes desafíos que afronta el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, en materia de política exterior.
El cuasi gobernante consejo militar de Egipto sale victorioso de la primera gran confrontación con el nuevo presidente islamista, referida a quién ejerce la autoridad legislativa.
El veredicto del "juicio del siglo" en Egipto, que condenó a prisión perpetua al derrocado presidente Hosni Mubarak y absolvió a la mayoría de los otros acusados, desató nuevas manifestaciones en la emblemática plaza Tahrir, en el centro de El Cairo.
La gran proporción de políticos de inclinación musulmana en la Asamblea Constituyente de Egipto despierta temores de que las fuerzas islámicas, en especial el Partido Libertad y Justicia (PLJ), monopolicen el proceso de redacción de una nueva carta magna.