Las costas que rodean el mar Caribe están recibiendo cada vez más descargas de material desde los campos y ciudades adyacentes, lo que amenaza principalmente al turismo, la
pesca y la biodiversidad. Pero también, al 60 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la región, ya que este depende de la explotación de esos recursos y actividades.
Aunque las carreteras que actualmente están proyectadas para ser construidas en la región amazónica producirán desarrollo, también provocarán
deforestación, violaciones a derechos
indígenas, transgresiones a las normas
ambientales y pérdidas económicas.