Desde que se despierta hasta que se va a dormir, la principal inquietud de Kali Sunar, una mujer de 25 años en Dumpada, una aldea en el oeste de Nepal, es cómo podrá satisfacer las necesidades básicas de su familia.
La imagen de Muktinath Adhikari, el director de una escuela secundaria que fue asesinado durante la guerra civil de Nepal (1996-2006), se convirtió en una representación icónica de la brutalidad del conflicto, que ahora se dispone a investigar una Comisión por la Verdad y la Reconciliación (CVR).
En el desfile militar anual del Ejército de Liberación Popular (PLA), la ex guerrilla de Nepal, observadores curiosos vieron a una joven vestida de uniforme besando y abrazando a una bebé antes de devolvérsela a una mujer mayor.
Bishnu Maya Dahal, de 51 años, sueña con volver a su aldea en el oriente de Nepal. Su familia huyó a Katmandú en 2001, luego de que su esposo Chailal fue brutalmente azotado por rebeldes maoístas.
Dos años después de que los combatientes maoístas en Nepal depusieron sus armas y accedieron instalarse en campamentos controlados por la ONU, la idea de integrarlos al ejército regular como parte de un proceso de paz enciende la polémica.
El gobierno maoísta de Nepal incrementó significativamente el presupuesto escolar para lograr el objetivo de "educación para todos" en 2015, pero una visita a la montañosa aldea centrooccidental de Limi deja en evidencia que la meta será difícil de alcanzar.
Kamala Limbu, combatiente maoísta, fue supuestamente secuestrado en 2001 por las fuerzas de seguridad de Nepal. Hoy, su esposa no puede solicitar la indemnización prometida a las familias de víctimas de la guerra civil, porque desconoce su paradero.
Las personas pobres de la occidental región montañosa de Nepal nunca tienen suficientes alimentos durante el verano boreal. Y éste ha sido peor debido a la creciente dependencia del arroz, que debe ser llevado vía aérea, en perjuicio de otros granos cultivados en la zona.