Soy una economista feminista. Mi trabajo consiste en examinar de qué manera las desigualdades entre los hombres y las mujeres forman parte integral del funcionamiento de los mercados laborales y ayudar a nuestros mandantes a poner en práctica los que llamamos políticas de empleo con “perspectiva de género”, es decir políticas macroeconómicas, sectoriales y del mercado de trabajo que contribuyan explícitamente a la igualdad de género.