En las últimas semanas, una impresionante oleada de protestas multitudinarias se ha propagado por todo el mundo. Si bien sus causas y contextos específicos varían, muchas de ellas pueden verse como parte de una rebelión mundial contra la desigualdad extrema y los injustos sistemas económicos y políticos que la impulsan.
El último
Informe sobre Desarrollo Humano 2019 pone de manifiesto que, a pesar de que para millones de personas la brecha en aquellos aspectos ligados a las condiciones de vida más básicos se ha reducido, está surgiendo una nueva generación de desigualdades.
En América Latina y el Caribe, la percepción de injusticia respecto a la distribución de la riqueza ha aumentado desde 2012, recuperando niveles de finales de la década de 1990, asegura el nuevo Informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas.
La muy esperada venta de la petrolera más grande del mundo resultó ser
una decepción. Aunque la han
llamado “la mayor salida a la bolsa de la historia”, lo cierto es que las promesas de la compañía se desinflaron, y la corona saudí se ve en claros problemas dificultades para mantener altas las expectativas ante las dificultades.
Una cultura religiosa transnacional se desplaza silenciosamente por todos los rincones del planeta, no importa el país, ni su sistema, ni su gobierno, ni su historia. Atraviesa no solo las urbes cosmopolitas sino los barrios periféricos, las zonas montañosas, las localidades más recónditas, las impensadas.
El mundo tuvo un número inesperado de personas en crisis humanitaria este año, que sobrepasó las previsiones de las Naciones Unidas, y el cambio climático fue el factor que elevó las necesidades en la materia “a niveles sin precedentes”, según un nuevo informe que subraya que en 2020 la situación será aún peor.
En el
Día de los Derechos Humanos, que se celebra este martes 10 de diciembre, la alta comisionada de las Naciones Unidas para el sector, Michelle Bachelet, resaltó el papel de los jóvenes en la lucha para defender estas garantías, en especial ante la crisis climática.
Más de 300 millones de personas, que viven en partes bajas de las costas en el mundo, se verán directamente afectadas por el aumento del nivel del mar para 2050 y podrían ver desaparecer a sus hábitats. Por ello, necesitan que se adopten acciones sin más dilaciones para evitar que sean víctimas de una catástrofe climática.
Cuando comienza la semana decisiva de las deliberaciones de la COP25, representantes de las organizaciones ambientales y sociales presionan desde una cumbre paralela a la conferencia oficial, a fin de que los gobiernos adopten compromisos más contundentes ante la agudización de la emergencia climática.
Una Plataforma de Acción Climática en Agricultura (Placa) fue lanzada por América Latina y el Caribe para impulsar la colaboración Sur-Sur en la materia, en el marco de la COP25.
Hacer enemigos suena como la consigna del gobierno de extrema derecha del excapitán Jair Bolsonaro, recalcada con signos de crueldad en la designación de los nuevos gestores de las instituciones culturales en Brasil.
Los gobiernos y los parlamentos de África deben emplearse a fondo en elaborar marcos legales destinados a combatir el cambio climático en sus países y atender impactos como catástrofes naturales y emergencias humanitarias, que ya diezman sus presupuestos.
El Salvador es uno de los países más violentos del mundo, donde las reglas cambian de una calle a otra y donde la vida puede perderse en cualquier momento, sobre todo si se es joven.
El coro de más de 30 mujeres de diferentes edades retumbó entre los árboles y ruinas del campus de la Universidad de las Artes, cuando unieron sus voces en la capital cubana al clamor contra la violencia machista surgido en Chile.
La crisis migratoria mundial más reciente está ocurriendo en América Latina, donde el colapso económico y la crisis humanitaria sin precedentes de Venezuela están provocando una ola de emigración hacia los países vecinos.
El sector de los viajes y el turismo, con sus importantes beneficios económicos y sociales, no tiene más remedio que transformarse para sobrevivir y prosperar frente al cambio climático, dijo la secretaria ejecutiva de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, Patricia Espinosa, a los representantes de este sector en la COP25.
Proteger y restaurar las áreas naturales en América Latina, donde se encuentra el cincuenta por ciento de la biodiversidad del planeta y más de una cuarta parte de sus bosques, es fundamental para que el mundo evite un desastre
climático y de
biodiversidad.