En el comienzo de la revolución industrial Adam Smith defendía que la división del trabajo, la especialización laboral y la oferta de nuevos productos de consumo se impuso por la necesidad innata del hombre a la permuta. El padre de la economía defendía que, el progresivo intercambio en el comercio internacional debería ser libre propiciando la ventaja absoluta en el intercambio.
La crisis económica derivada de la pandemia dejó a América Latina en apuros para hacer frente a los pagos de la deuda con sus acreedores, incluida China. Ante ello, expertos en finanzas y ecologistas impulsan los canjes de deuda por naturaleza, una iniciativa que puede hacer que la deuda sea manejable y al mismo tiempo proteger el ambiente.
Un cartel en una lavandería de Nueva York tenía un atractivo eslogan, aunque pudiera parecer frívolo: "Lavamos ropa sucia, no dinero sucio". Más recientemente, en 2019 la película Lavandería, basada en el libro Mundo Secreto, del periodista Jake Bernstein, ganador del Premio Pulitzer, expuso el mundo bizantino del blanqueo de capitales.
Las islas del Pacífico, hasta ahora, se han librado de una propagación catastrófica de la covid, pero sus economías se han visto devastadas por los cierres de fronteras, los bloqueos internos y la desaparición del turismo y el comercio internacionales. Al no avizorarte aún el fin de la pandemia, los habitantes de estas islas apuestan a sus economías locales y regionales para recuperarse.
La negativa de los desarrolladores de vacunas a compartir los resultados de sus investigaciones, financiadas con fondos públicos, impide que haya más amplia y asequible inmunización para contener rápidamente los contagios de la covid-19, que la última semana de febrero había infectado casi 112 millones de personas en el mundo y causado la muerte de 2,5 millones.
“Oh, qué enredada telaraña tejemos cuando practicamos el engaño por primera vez”, dice el poeta escocés Walter Scott en un poema que ya tiene más de dos siglos, pero que funciona muy bien para explicar cómo la búsqueda de la ventaja nacional y la ganancia privada han socavado el interés público y el bien común.
La democracia amenazada en una cantidad creciente de países, millones de muertos por la covid-19 y otras grandes crisis mundiales urgen a una renovación del Foro Mundial Social (FSM) para que protagonice acciones políticas en los procesos claves, según la conclusión de algunos de sus destacados miembros.
La ciencia tiene la palabra primordial sobre amenazas climáticas, otros temas ambientales y la pandemia, pero se hizo también objeto de debates en el Foro Social Mundial, no por sí misma, sino por su negación.
Los destinos de todo el mundo recibieron el año pasado 1000 millones de llegadas internacionales menos que en 2019, una caída de 74 por ciento debida al desplome sin precedentes de la demanda y a las restricciones generalizadas de los viajes, indicó este viernes 29 un informe de la Organización Mundial de Turismo (OMT).
Las modas actuales del desarrollo fetichizan los datos, aparentemente para la “formulación de políticas basada en la evidencia”: si no se miden, no importan. Por lo tanto, olvídese de obtener recursos financieros para su trabajo, programas y proyectos, sin importar cuán beneficiosos, significativos o desesperadamente necesarios sean.
¿Juicio político o no? Donald Trump está ya fuera de la Casa Blanca. Tiene un índice de aprobación de 34 %, muy por debajo de 60 % de su predecesor Barack Obama. Una mayoría, 54 %, dijo que Trump debería ser destituido de su cargo antes del 20 de enero, según una encuesta de CNN, por su papel en los incidentes del 6 de enero, cuando incitó a sus partidarios a asaltar el Capitolio de Estados Unidos.
El Foro Social Mundial tendrá una edición inédita del 23 al 31 de enero. Será virtual, ya que la covid-19 impide encuentros masivos presenciales, a la vez que acentúa las crisis climática, democrática y económica que atormentan la humanidad.
Twitter y Facebook bloquearon publicaciones de Donald Trump y suspendieron su cuenta. El aún presidente de Estados Unidos es antidemocrático, su trayectoria política no deja dudas. Sin embargo, la preservación de la democracia deben hacerla las instituciones públicas, no las corporaciones. En ese sentido, por más simpática y justa que parezca la censura a Trump en medio de una instigación al golpe de Estado, es un antecedente peligroso.
Para el año 2021, Italia ha recibido la presidencia del Grupo de los 20 (G20), que reúne a los 20 países más importantes del mundo. En teoría, representan 60 % de la población mundial y 80 % de su producto interno bruto (PIB). Si bien el inestable gobierno italiano llevará a cabo esta tarea de una u otra manera (en medio de la indiferencia general del sistema político), el hecho es que esta posición, aparentemente prestigiosa, es en realidad muy engañosa.
Mientras que el coronavirus ha concentrado, con toda razón, gran parte de nuestra atención, un reajuste geopolítico fundamental ha estado cobrando forma en el mundo y se hará más claro en este 2021. El reajuste es el comienzo de una segunda Guerra Fría, que esperamos no se convierta en una guerra «caliente».
La nueva Guerra Fría se producirá entre China y Occidente, pero debe ser muy diferente a la que tuvo lugar con la Unión Soviética. El mundo ha cambiado significativamente desde 1989, el año de la caída del Muro de Berlín.
Cuando ya se ha rebasado el final del “año en que vivíamos peligrosamente”, conviene hacer balance y preguntarnos acerca de las perspectivas de la “nueva era”, una vez se ha confirmado constitucionalmente la derrota de Donald Trump.
Domina el nuevo ambiente una incomodidad que está presidida por una pesada losa de incertidumbre. Este sentimiento está causado por la enormidad del daño causado por la presidencia de Trump. La única duda que rellena el ambiente es acerca de la permanencia del desastre causado por el cuatrienio que ahora termina.
En el mundo de la cultura se han perdido millones de empleos y miles de millones de dólares en ingresos como consecuencia de la crisis desatada por la pandemia covid-19, señaló este lunes 21 un nuevo informe y guía de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).