2011 comienza con muertes para coptos egipcios

Los cristianos coptos de Egipto celebraron Año Nuevo con una misa a media noche en la norteña ciudad de Alejandría preguntándose si 2011 sería más pacífico. Sólo debieron esperar 20 minutos para una respuesta.

Cuando los fieles salieron de la Iglesia de los Santos, en el distrito de Sidi Bishr, una bomba estalló frente al edificio. Al menos 21 personas murieron y cerca de 100 resultaron heridas.

2010 ya había sido un año trágico para la minoría copta cristiana de Egipto: empezó con un ataque a tiros contra un centro religioso en el sur y terminó con enfrentamientos mortales cerca de El Cairo cuando las autoridades detuvieron la construcción de una iglesia.

Funcionarios de seguridad inicialmente sospecharon que la explosión del fin de semana había sido causada por un coche bomba, pero luego se inclinaron por la hipótesis de un atacante suicida, y añadieron que el artefacto explosivo que transportaba contenía partes de metal para maximizar el daño.

Autoridades egipcias acusaron a "elementos extranjeros" de intentar dañar la unidad nacional y desestabilizar el país creando una guerra sectaria. Rechazaron la idea de una participación local en el ataque, y apuntaron a amenazas recientes contra la comunidad copta por parte de un grupo iraquí vinculado con la red radical islámica Al Qaeda.

Ese grupo se había atribuido el ataque contra una iglesia cristiana en Bagdad el 31 de octubre que acabó con la vida de 44 fieles, dos sacerdotes y siete guardias de seguridad.

"Al Qaeda amenazó con atacar iglesias dentro de Egipto", recordó el gobernador de Alejandría, Adel Labib, ante la televisión estatal. El atentado del sábado "no tiene nada que ver con el sectarismo", aseguró.

Pero pocos coptos le creen. La mayoría sostienen que el gobierno intenta presentar al ataque como un complot extranjero para esconder su propio fracaso en prevenir la violencia contra los cristianos.

"Aun si Al Qaeda estuviera involucrada, el ataque no hubiera tenido éxito sin ayuda local y sin la negligencia de las fuerzas de seguridad", opinó el farmacéutico Amgad Boutros. "Si había amenazas contra la iglesia, ¿por qué se permitía estacionar frente a ésta durante el culto?", añadió.

Los coptos, que constituyen alrededor de 10 por ciento de los 80 millones de egipcios, se han quejado de las deterioradas relaciones con la mayoría musulmana. Sus líderes han llamado a esfuerzos concertados para detener la creciente intolerancia religiosa.

"Este ataque refleja un serio agravamiento de la violencia sectaria", señaló la Iglesia Copta Ortodoxa en un comunicado. "El incidente se produce como resultado de una continua tensión sectaria que ha ido aumentando en los últimos meses".

En enero de 2010, seis cristianos y un guardia de seguridad musulmán fueron asesinados cuando hombres armados islámicos abrieron fuego contra los fieles de una iglesia en el sur egipcio, luego de las celebraciones de la Navidad copta, que se conmemora el 7 de ese mes.

La "masacre de Nag Hammadi" fue el incidente más sangriento desde que 21 coptos y un musulmán habían sido asesinados durante enfrentamientos sectarios en la sureña localidad de El-Kosheh 10 años antes.

En noviembre de 2010, cuatro coptos fueron asesinados y otros 120 resultaron heridos cuando fuerzas de seguridad supuestamente usaron gases lacrimógenos, balas de goma y balas reales para dispersar a cristianos que protestaban contra la decisión municipal de detener la construcción de una nueva iglesia en las afueras de El Cairo.

Fue uno de los varios incidentes sectarios del año pasado que recibieron escasa cobertura periodística, dicen activistas por los derechos humanos.

"No siempre fue así", recordó Boutros. "Cuando yo era pequeño, musulmanes y cristianos asistían juntos a las respectivas festividades. Pero ahora todos participan sólo de las propias, y los símbolos y lemas religiosos, que antes no eran tan importantes, se pueden ver en todos lados".

Analistas consideran que la situación comenzó a cambiar a inicios de los años 70, luego de que el presidente Anwar Sadat (1980-1981) enmendó la Constitución, de carácter secular, para hacer que la shariá (ley islámica) pasara a ser la principal fuente de legislación.

Esto coincidió con un aumento de la incidencia islámica en la política.

Otro importante factor de la actual tensión es una anticuada ley que restringe la construcción de iglesias. Mientras que los musulmanes necesitan sólo una autorización municipal para edificar una mezquita, los cristianos deben solicitar un permiso de seguridad y la aprobación presidencial para erigir o remodelar iglesias, un proceso burocrático que puede tomar más de 30 años.

Como consecuencia, hay apenas 2.000 iglesias contra 100.000 mezquitas en todo el país.

Youssef Sidhom, editor del semanario copto Al-Watani, dijo que el trato discriminatorio era uno de los principales motivos de fricción entre cristianos e islámicos.

"La ausencia de una ley unificada (para la construcción de centros religiosos) es el mayor detonante de la violencia sectaria, que ha ido creciendo firmemente y ha alcanzado un nivel sin precedentes de derramamiento de sangre en 2010", escribió en un editorial publicado la semana pasada.

Pero ambas colectividades también se acusan mutuamente de secuestros y conversiones forzadas. El caso más reciente involucra a las esposas de dos sacerdotes coptos que se habrían convertido al Islam para poder solicitar divorcio, algo prohibido por la iglesia.

Musulmanes acusan a clérigos coptos de haber llevado a las dos mujeres a monasterios y presionarlas para que renunciaran públicamente a su conversión. Autoridades de la iglesia negaron estas imputaciones.

El ataque del sábado disparó las tensiones sectarias en todo Egipto. Poco después de la explosión, cristianos indignados se enfrentaron con la policía y saquearon una mezquita cercana, desatando peleas con musulmanes.

Los combates con las fuerzas de seguridad se extendieron durante todo el día, mientras manifestantes coptos acusaban al gobierno de falta de protección.

Ahora crece el temor en vísperas de la celebración el 7 de enero de la Navidad copta, que también marca el primer aniversario de la masacre de Nag Hammadi. Grupos islamistas amenazaron con realizar atentados con bomba, mientras líderes cristianos convocaron a celebraciones públicas.

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