ANTARTIDA: Argentina niega acuerdo secreto con Gran Bretaña

El gobierno de Argentina aseguró que mantendrá sus seis bases permantentes en la Antártida, al negar veracidad a una versión periodística según la cual cerraría la mitad de ellas a raíz de un acuerdo secreto con Gran Bretaña.

De acuerdo con el informe difundido este miércoles por el diario Clarín y desacreditado por las autoridades, Londres se habría comprometido en ese supuesto acuerdo, a cambio del cierre de las bases argentinas, a apoyar la instalación en Buenos Aires de la sede del Tratado Antártico.

Argentina y Gran Bretaña son estados parte del Tratado Antártico, junto a otros 10 países.

La versión publicada por Clarín indica que fuentes del ejército, del Ministerio de Defensa y del gobierno británico confirmaron la retirada de las bases, que se fundamentaría públicamente en razones presupuestarias.

No obstante, según el diario, la verdadera razón sería el supuesto acuerdo sellado con Londres hace un mes.

Se manejan diversas posibilidades para reducir los gastos de las Fuerzas Armadas, pero no se prevé el cierre de ninguna base en la Antártida, «y menos a causa de un acuerdo o reclamo de Gran Bretaña», aseguró a IPS Angel Molinari, director de la Dirección Nacional del Antártico, dependiente del Ministerio de Defensa.

Las sospechas surgieron porque Londres, que mantiene un conflicto con Argentina por la soberanía de las islas Malvinas — cercanas a la Antártida— se resistió tradicionalmente a avalar a Buenos Aires como sede del Tratado Antártico, que compendia la legislación internacional en relación con el área.

Como condición para un voto favorable, Gran Bretaña reclamaba la reducción de la presencia militar argentina en la Antártida, aunque el tratado, que impone para las bases un carácter pacífico, permite que su personal se conforme con soldados desarmados.

La temperatura en la Antártida es siempre inferior a cero grado, con severos descensos causados por fuertes vientos de más de 200 kilómetros por hora en cualquier época del año. Noventa y cinco por ciento de su superficie está permanentemente cubierta de hielo.

Molinari explicó que Argentina mantiene personal militar en el continente antártico por su alta profesionalidad para operar en áreas inhóspitas y porque la contribución del ejército, la fuerza aérea y la marina de guerra al presupuesto de las bases permite mantener el trabajo de científicos nacionales y extranjeros.

«Distinto sería el precio de mantener una dotación privada», sostuvo el funcionario.

El gobierno británico anunció en julio que dejaría de lado su negativa de nueve años, habilitando con su voto la instalación en Buenos Aires de la sede del Tratado Antártico. «Es un enorme reconocimiento a nuestra trayectoria antártica», remarcó el Molinari.

El local de la sede se inaugurará el año próximo, agregó.

Las bases argentinas, al igual que las del resto de los países con presencia en el continente, se concentran en la península Antártica, el área más cercana al continente americano.

Argentina afronta una grave crisis financiera que llevó en julio al gobierno de Fernando de la Rúa a tomar medidas para eliminar totalmente el déficit fiscal, según las cuales el Estado sólo podrá gastar cada mes el dinero que recaude, sin posibilidad de acceso a fuentes externas de financiamiento.

Entre las propuestas a estudio para recortar el gasto de las Fuerzas Armadas figuran medidas drásticas como la fusión de la marina de guerra con la prefectura, fuerza a cargo de la seguridad en la costa y en aguas territoriales, dependiente del Ministerio del Interior.

Molinari explicó que el presupuesto anual de las bases nacionales en la Antártida es de alrededor de tres millones de dólares, y reconoció que ese continente carece de recursos genuinos que compensen, aunque sea en parte, ese gasto, que proceden exclusivamente de fondos públicos.

La lejanía del continente americano y las dificultades de acceso impiden pronosticar la posibilidad de una explotación rentable de los recursos antárticos.

Pero Molinari aseguró que para los próximos dos años no se prevé ningún cierre de bases, aunque sí la reducción del personal militar o de familiares residentes en ellas.

Argentina posee en la Antártida seis bases permanentes y siete temporarias. Clarín había asegurado que se cerrarían tres bases permanentes.

El Tratado Antártico, que entró en vigor en 1961, determinó la suspensión de las reivindicaciones de soberanía sobre la Antártida y declaró «inadmisible» la presentación de nuevos reclamos en ese sentido.

Argentina y Gran Bretaña, como firmantes del Tratado, tienen voz y voto en las decisiones. Además de los 12 miembros plenos, hay otros 15 países adherentes, que concuerdan en dar a sus instalaciones en el continente sólo finalidades pacíficas y científicas.

El Protocolo de Madrid, de 1991, declaró a la Antártida reserva natural, libre de armas, de desechos nucleares y de contaminación en general.

En la actualidad, las bases en la península antártica se dedican a estudios clave en la agenda ambiental mundial, como los relativos al adelgazamiento de la capa de ozono, que es casi total sobre el continente.

Los científicos también analizan el recalentamiento planetario en la Antártida, pues sus hielos encierran información sobre la historia del clima de la Tierra. El propio continente corre riesgo por este fenómeno, pues los hielos que bordean la península antártica se han derretido en los últimos años.

También se realizan allí estudios sobre el comportamiento de los glaciares, la biología marina y las posibilidades de explotación de agua potable, ya que los casquetes polares conservan la mayor reserva de agua dulce del planeta. (FIN/IPS/mv/mj/ip en/01

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