GRANDES LAGOS: Conflicto y refugiados en la mira de los gobiernos

Ministros de gobiernos del centro y este de Africa consideraron hoy en Nairobi el conflicto en el oriente de Zaire, mientras el drama de miles de refugiados que huyen de esa zona ya involucra a los cinco países de los Grandes Lagos.

Los ministros de Relaciones Exteriores de la región prepararon la reunión de jefes de estado y de gobierno de la región que se celebrará este martes en el marco de los mecanismos de prevención y manejo de conflictos de la Organización para la Unidad Africana (OUA).

El ministro de Kenia, Kalonzo Musyoka, calificó la situación en Zaire de "toda una crisis" y explicó que las conversaciones apuntan a "garantizar la santidad de la vida" de los habitantes de la región.

En las últimas semanas, miles personas cruzaron las fronteras hacia Ruanda, Uganda, Burundi, Tanzania e incluso Congo como consecuencia del conflicto entre el ejército de Zaire y rebeldes de la minoría tutsi banyamulenge, que reside en ese país hace más de 200 años aunque se les niega la ciudadanía.

Mientras tanto, las agencias internacionales de asistencia informaron que otros miles de refugiados de Ruanda y Burundi en Zaire se dispersan por todo el territorio del país para escapar de los ataques rebeldes contra sus campos.

Las agencias se retiran del este de Zaire. Los refugiados sufren hambre y enfermedades en lo que se considera una de las mayores crisis humanitarias de los últimos años.

El movimiento de refugiados desde Zaire involucra a los cinco países que comparten el área septentrional de la región de los Grandes Lagos, pues, además de Uganda, Burundi y Ruanda, comenzó una oleada hacia Tanzania.

Tutsis banyamulengue o procedentes de Burundi y Ruanda que residen en Kinshasa, capital de Zaire, a 2.000 kilómetros de las refriegas, también comenzaron a atravesar la semana pasada el río Zaire, que separa esa ciudad de Brazzaville, capital de Congo.

Unas 1.800 que cruzaron el lago Tanganika alcanzaron este sábado varios puntos de la costa de Tanzania, donde fueron recogidos por las fuerzas de seguridad.

Estos refugiados proceden fundamentalmente de los poblados de Saraka, Uvira y Mboko, en la provincia zaireña de Kivu del Sur, que cayeron en manos de los rebeldes banyamulenge. En su mayoría, arribaron a Tanzania sin ninguna posesión.

"Vienen en canoas. Esperemos que lleguen muchos más en cualquier momento", informó un agente de policía en Kigoma, el principal puerto tanzanio sobre el lago Tanganika.

Por lo menos 10 refugiados con heridas de bala fueron internados en un hospital público en Kigoma.

El gobierno de Tanzania no parece preparado para lidiar con esta ola de refugiados, a pesar de que tiene experiencia en el problema desde que en 1994 recibió unos 700.000 desde Burundi y Ruanda.

"Hemos pedido alimento y abrigo al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)", dijo el comandante de la policía de Kigoma, Cristopher Shekiondo.

Kinshasa acusa a Ruanda y Burundi de respaldar a los tutsis banyamulengue en Kivu del Sur. Supuestamente, integrantes del antiguo ejército ruandés y milicias hutu, refugiados allí desde que fueron derrotados en 1994, participan activamente en el conflicto en respaldo del ejército de Zaire.

Muchos en Tanzania temen que las luchas se amplíen a su territorio.

"Si no pueden hacer la paz entre ellos, al menos podrían darse cuenta de que su incesante violencia deja a nuestras comunidades en una posición incómoda", dijo a IPS el empresario tanzanio Damas Gwizuba, quien reside en Kigoma y viaja por todos los países de la región.

"No queremos que estos refugiados de Zaire, Burundi y Ruanda se enfrenten algún día con sus enemigos en nuestra tierra, pues eso nos arrastraría también a nosotros a una guerra", agregó Gwizuba.

El secretario general de Amnistía Internacional, Pierre Sane, describió este lunes la situación como explosiva y catastrófica.

Sane, de visita en Sudáfrica, reclamó a la comunidad internacional "que impida el intercambio de armas entre ejércitos y milicias en Zaire, Burundi y Ruanda".

El funcionario de Amnistía Internacional afirmó que en la zona se hallaron "armas de origen belga, chino, chileno, egipcio, francés, alemán, israelí, ruso, rumano, sudafricano, estadounidense y yugoslavo, entre otros".

El oficial de relaciones públicas de ACNUR en Dar Es Salaam, Vincent Kwesi Parker, dijo a IPS que un pronóstico de la situación resulta difícil debido a las corrientes del lago y la escasa cantidad de embarcaciones de que disponen los refugiados.

Pero, agregó, la situación actual es manejable, al contrario que lo que sucedió en 1994, cuando la victoria del Frente Patriótico Ruandés provocó una corriente de dos millones de refugiados hacia Tanzania, Burundi y Zaire.

La Alta Comisaria de Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata, reclamó el establecimiento de "corredores humanitarios" entre el este de Zaire y Ruanda para permitir el escape de refugiados.

La cumbre de este martes considerará también las acusaciones cruzadas entre Zaire, Ruanda y Uganda.

Estos dos países, según Kinshasa, apoyan con armas y entrenamiento a los banyamulenge, y el ejército de Zaire habría incursionado en territorio ruandés para atacar a refugiados, de acuerdo con Kigali.

Zaire, además, amenazó a los banyamulenge con expulsarlos de sus territorios ancestrales, otra cuestión que discutirán los jefes de estado y de gobierno en Nairobi.

Asistirán los mandatarios de Eritrea, Uganda, Ruanda, Tanzania, Etiopía y Zambia, mientras Camerún estará representado por su ministro de Relaciones Exteriores.

Zaire, por su parte, anunció que quizás no concurriría, pues no desea compartir la mesa de negociaciones con Ruanda y Burundi, aunque no se descartó su asistencia.

El secretario general de la OAU, Salim Ahmed Salim, y observadores de la Unión Europea también asistirán a la cumbre. (FIN/IPS/tra-en/ar-lmw/kb/mj/ip pr/96

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