El presidente de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, reelegido en marzo, continúa reprimiendo a la oposición, lo que para muchos analistas es peligroso porque “ya no hay lógica”, comentó la abogada Azza Solimon.
Las autoridades de Egipto ya han puesto una cantidad sin precedentes de periodistas tras las rejas, y una nueva y draconiana ley contra el terrorismo ampliará aún más la ofensiva contra el disenso, alertan organizaciones que defienden la libertad de prensa.
El gobierno de Egipto envió a la cárcel a un número sin precedentes de periodistas, pese a la promesa de mejorar la libertad de expresión en el país, denunció el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en inglés).
Por un momento, hace cuatro años, parecía que los dictadores de Medio Oriente pronto serían una cosa del pasado.
Con la absolución del expresidente egipcio Mohamed Hosni Mubarak se puso el último clavo en el ataúd de la llamada Primavera Árabe y los levantamientos por justicia, dignidad y libertad que sacudieron a Egipto y otros países del norte de África y Medio Oriente en 2011.
A medida que la mortandad y la destrucción recrudecen en Gaza y se reiteran las amenazas entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el movimiento islamista Hamás, los principales actores regionales y mundiales deben aceptar una verdad central: la paz entre Israel y Palestina no será posible sin la inclusión de Hamás.
El resultado de las elecciones generales de Egipto ya se conocía antes de que concluyera el proceso electoral el miércoles 28 y por esa razón muchos electores no se acercaron a las mesas de votación de El Cairo, cuyas calles estaban tan vacías como las urnas.
Rusia, enfrentada a Estados Unidos por su papel en la crisis política de Ucrania, amenaza con debilitar la tradicional relación militar estadounidense con Egipto, un aliado clave en Medio Oriente.
Abdel Fatah al Sisi se postulará a la Presidencia de Egipto y es posible que gane sin problemas. La junta militar en el poder y el gobierno interino han hecho todo para facilitarlo.
Mientras los egipcios acuden este martes 14 y el miércoles 15 a las urnas para un referendo constitucional, el destino de la Hermandad Musulmana pende de un hilo.
Las manifestaciones callejeras han sido el impulso vital de los cambios políticos en Egipto desde enero de 2011. Pero un proyecto de ley que las criminaliza puede liquidar uno de los pocos logros de la Primavera Árabe en este país: la libertad de expresión.
Las calles de la capital de Egipto se transformaron en la primera línea de una guerra ideológica por el futuro del país, cuyo desenlace es aún incierto.
Casi 1.000 personas murieron en Egipto desde el 14 de agosto, cuando las Fuerzas Armadas comenzaron a reprimir a simpatizantes de la Hermandad Musulmana que protestaban contra el derrocamiento del presidente Mohammad Morsi.
Mientras el presidente Barack Obama sigue evaluando cómo reaccionar ante el golpe militar en Egipto y la violencia que desató, funcionarios y analistas independientes están cada vez más preocupados por el posible efecto de la crisis egipcia en las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudita.
La actual ofensiva en Egipto contra la Hermandad Musulmana y los partidarios del derrocado presidente Mohammad Morsi puede ser señal del resurgimiento del estado policial que caracterizó a la era del expresidente Hosni Mubarak (1981-2011).
El nuevo hombre fuerte de Egipto, el general Abdel Fatah al Sisi, explicó que la destitución del presidente Mohammad Morsi era necesaria para “preservar la democracia” y salir del estancamiento que había amenazado con polarizar al país.
La brutal represión perpetrada por el ejército de Egipto aplastó las aspiraciones revolucionarias de justicia, dignidad y esperanza que los jóvenes de este país propagaron al mundo en enero de 2011.