De algún tiempo a esta parte el agua está siempre presente en los medios de comunicación, y siempre para mal. La crisis climática es en gran medida una crisis de los ciclos y disponibilidades del agua, que cae a destiempo y en cantidades inmanejables —porque son muy pequeñas en el estiaje o porque nos desbordan en tiempos de lluvias— y que cada vez escasea más.
La cotización del agua en el mercado de futuros de Wall Street, la bolsa de Nueva York, tal como ocurre con el petróleo o el trigo, “es una noticia peligrosísima, muy mala”, declaró el relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho al agua y al saneamiento, el español Pedro Arrojo.
Las limitaciones cada vez mayores para el abastecimiento de agua dulce en el mundo amenazan la seguridad alimentaria y la nutrición de gran parte de la humanidad, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en su principal informe anual, divulgado este jueves 26.
La vida de Ermelinda Lobos mejoró sustancialmente desde que ella y el resto de habitantes de su caserío, escondido entre las montañas del noreste de El Salvador, trabajaron arduamente para montar una minicentral hidroeléctrica y autoabastecerse de energía.
Un calor excepcional y prolongado en Siberia está provocando incendios devastadores en la región del Ártico por segundo año consecutivo, informó este viernes 23 la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Cuando Aníbal Ántola compró su casa en el barrio de Jacinto Vera de Montevideo, supo que correría el riesgo de sufrir inundaciones. Al cerrar la compra en 1995, firmó un documento que señalaba algunos incidentes del pasado. Sin embargo, durante más de 15 años, tuvo suerte y no experimentó ningún problema.
La campaña que se llevó adelante en Ucrania para generar conciencia sobre la seguridad hídrica podría servir de inspiración para todo el mundo, según sus impulsores, pues logró que las autoridades cambiaran su enfoque de gestión del recurso vital.
En el Día Internacional del Agua, el acceso universal al líquido vital sigue siendo un privilegio, cuando debería ser un derecho. Para 2030, la demanda superará el suministro en 40 por ciento, pronostican especialistas.
India no está tan lejos de la realidad que sufre la sudafricana Ciudad del Cabo, que llegará a su “hora cero” el 15 de julio, cuando sus 3,78 millones de habitantes, ricos, pobres, jóvenes, mayores, hombres y mujeres, tengan que hacer fila con sus bidones en ciertos grifos públicos para recibir su cuota de 25 litros al día.
Eslovaquia implementará un programa histórico para combatir la sequía que podría servir de ejemplo para muchos otros países a medida que los eventos climáticos extremos se vuelven cada vez más frecuentes, aseguran sus impulsores.
Los países de América Central se esfuerzan por definir un plan que impulse un uso sostenible del agua, una necesidad crucial en una región que ya resiente los impactos del cambio climático.
En una pregunta de un examen de una escuela de periodismo, un alumno respondió que titularía "¡Hay vida en Marte!" a la noticia que anunciara el descubrimiento de agua en el planeta rojo. El joven recibió el puntaje más alto.
Los hechos son claros. Se necesitan de una a tres toneladas de agua para producir un kilogramo de cereal y hasta 15 toneladas para producir un kilogramo de carne. Se calcula que para producir la comida diaria de una persona hacen falta entre 2.000 y 5.000 litros del recurso.
Como sucede en otras partes de Camboya, la escasez de lluvias en la sudoccidental provincia de Kampong Speu puede perjudicar la producción de alimentos. “La sequía afecta en gran medida a los cultivos”, indicó Vann Khen, un agricultor de 48 años del distrito de Amlaing.
En Kenia, al igual que en otros lugares, no es nada nuevo cosechar agua de lluvia. Pero en este país caracterizado por el déficit hídrico y donde las dos terceras partes de su territorio son áridas y semiáridas, la búsqueda de una solución duradera a la escasez permitió innovar en esta práctica antiquísima.
Solo cuatro de los 12 países de Asia occidental se encuentran por encima del límite de la escasez de agua de 1.000 metros cúbicos por persona y por año, el mínimo viable para la población humana.
Demacrado y con las costillas a la vista, el ganado de Evans Sinyoro está tirado sobre una extensión de tierra árida, junto a un pequeño embalse cercano que también está sin agua debido a la peor sequía que ha padecido Zimbabwe en décadas.