La exportación del cuero del caimán yacaré, que ya fue un gran negocio ilegal, y el turismo de naturaleza reflejan la exuberancia de la fauna del Pantanal, ahora sometida a una masacre por los incendios que se anticipan como los más trágicos de la historia.
El agua sucia mata cada día a más peces y tortugas taricayas. Además, el río está “fuera de ciclo” y crece o mengua repentinamente, sin respetar las estaciones, destacan los tres indígenas del pueblo munduruku, todos estudiantes de Derecho en el sur de la Amazonia brasileña.