Filippo Grandi es el undécimo alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), cargo que ejerce desde el 1 de enero de 2016, tras dedicarse al trabajo humanitario y de refugiados durante más de 30 años. Su mandato de cinco años al frente de Acnur, concluye el 31 de diciembre de este año.
Millones de personas refugiadas o desplazadas por las crisis en África están entre los grupos más vulnerables ante el avance de la covid-19, y la agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, comenzó un programa de prevención y ayuda en los campamentos y áreas urbanas donde se concentran.
La democracia sufrió un nuevo retroceso en Venezuela con la elección de dos directivas para su parlamento, señal de que se eleva la confrontación y se cierran las salidas políticas mientras se ahonda la crisis económica, social y migratoria que ha postrado a sus habitantes y mantiene en ascuas a los países vecinos.
Apenas horas después de recibir una llamada amenazante de una pandilla que lo había acosado y extorsionado años antes por ser gay, Edgar* puso algo de ropa en una mochila y salió de El Salvador.
Frente a la situación de millones de refugiados que escapan de la persecución con la esperanza de encontrar un futuro más próspero y seguro, una nueva campaña procura generar conciencia sobre las dificultades que atraviesan en su huida en distintas partes del mundo.
Un devastador incendio en un asentamiento precario en Kalindi Kunj, en Nueva Delhi, que se tragó las casas de 226 refugiados rohinyás, procedentes de Myanmar (Birmania), entre ellos 100 mujeres y 50 niños, concentró la atención sobre la política de India hacia los migrantes internacionales.
Sigue siendo sumamente preocupante el número de personas que pierden la vida intentando cruzar el mar Mediterráneo rumbo a Europa. Este año ya se ahogaron unas 160, y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) urge a los países a ampliar la cuota de refugiados y solicitantes de asilo que reciben.
El compromiso internacional y la cooperación son fundamentales para aprovechar los beneficios y hacer frente a los desafíos que plantean las migraciones humanas en la actualidad.
Hay millones de personas en el mundo privadas del derecho a una identidad y sin nacionalidad. No se conoce el número exacto, por razones obvias, pero lo cierto es que su único pecado es pertenecer a una minoría étnica, religiosa o lingüística en un país en el que viven desde hace generaciones.
Cientos de personas que circulan por las rutas migratorias de África del norte terminan en los modernos mercados de esclavos de Libia, denuncian sobrevivientes, “lo que se suma a una larga lista de atrocidades” cometidas en ese país, precisó la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados.
La creciente persecución del ejército de Myanmar (Birmania) contra los rohinyás musulmanes obligó a miles de ellos a abandonar el occidental estado de Rakáin,quedando varados en la frontera con Bangladesh, desamparados y sin suministros básicos.
La excesiva lentitud con que el mundo responde a eventos climáticos como El Niño y La Niña ha hecho que quienes “menos han contribuido, sean quienes más sufren”, subrayó Mary Robinson, enviada especial para el cambio climático, en diálogo con IPS, en la COP 22.
Una cancha de baloncesto se ha transformado, de un día para otro, en un albergue donde una veintena de familias desplazadas por la violencia de las pandillas encuentran cobijo y comida caliente, en el primer centro de su tipo en El Salvador.
Las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI) refugiadas no solicitan la ayuda que necesitan, a pesar de su extrema vulnerabilidad, por los riesgos que implica revelar su identidad sexual o de género.
Es cierto que millones de personas refugiadas residen en campamentos, en especial en África y Medio Oriente, pero solo representan una cuarta parte del número total de personas que debieron abandonar sus países por conflictos bélicos.
Los numerosos delegados de Medio Oriente que participaron en marzo de 2015 en una reunión en Amán para preparar la Cumbre Humanitaria Mundial, que tendrá lugar este mes en Estambul, seguramente se dieron cuenta de que su región era, y todavía es, “la madre de todas las crisis humanitarias”.
Imagine que debe escapar de su casa porque lo o la amenazan quienes, por ley, deben garantizar su protección. Y cuando finalmente encuentra un lugar seguro, esas personas convencen a sus benefactores de que los dejen regresar porque, en realidad, no tienen nada que temer.