Crece la resistencia de las mujeres y, sin embargo, sus derechos siguen marginados y vulnerados, blanco de flagrantes ataques, denunció Amnistía Internacional, con sede en Londres.
Un presidente francés dijo una vez, “nunca te pelees con un niño pequeño ni con la prensa”: el primero tirará la última piedra, y la segunda, tendrá la última palabra.
El día antes de que Amnistía Internacional instara al gobierno de Sudán a terminar con el acoso, la intimidación y la censura de periodistas tras la detención de unos 15 profesionales este año, el jefe de los Servicios Nacionales de Seguridad e Inteligencia (NISS), Salah Goush, acusó de espionaje a varios periodistas sudaneses por reunirse con diplomáticos occidentales.
Las personas que luchan en defensa de los derechos humanos sufren cada vez más ataques, al punto de llegar a una situación “de crisis” en todo el mundo.
Frente al malestar internacional por la muerte del periodista saudí Jamal Khashoggi, organizaciones de derechos humanos reclaman a la ONU que investigue el hecho.
Tras la publicación de un duro informe sobre las violaciones de derechos humanos en Birmania (Myanmar), los próximos pasos para que se haga justicia parecen difusos e inciertos.
Una red alternativa en Brasil promueve la participación femenina en cargos de elección con apoyo mediático. Esta campaña, como otras en América Latina, intenta revertir un panorama político donde pese a ser mayoría, en promedio las mujeres ocupan apenas 29,8 por ciento de cargos legislativos.
Luego de tres horas de trámites, la salvadoreña Katy Rodríguez, deportada desde Estados Unidos, por fin abandonó las instalaciones gubernamentales migratorias y junto a su pequeño hijo se fundió en abrazos con familiares que los esperaban afuera.
La población de Yemen apenas sobrevive en la peor crisis humanitaria del mundo en la península arábiga. Además, las fuerzas gubernamentales y los rebeldes ejercen una enorme presión sobre los principales puertos impidiendo el ingreso de suministros vitales para 22 millones de personas.
Junto con Rodrigo Mundaca y Verónica Vilches, miembros del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima), caminamos sobre el río La Ligua de la provincia de Petorca, en Chile.
El 14 de mayo de 2014, un agente de la Unidad de Policía Pacificadora de Manguinhos, en Río de Janeiro, mató a mi hijo, Johnatha de Oliveira Lima. Poco después me llamó por teléfono una mujer que dijo que se llamaba Marielle. Yo no sabía quién era.
América Latina continúa siendo la región más violenta para el ejercicio de la defensa de los derechos humanos. Aunado al creciente número de homicidios contra personas defensoras de los derechos humanos, el perverso uso de los sistemas de justicia penal y los medios de comunicación para criminalizarles y estigmatizar su lucha son cada vez más frecuentes.
En el marco de la permanente violencia contra la comunidad rohinyá de Myanmar (Birmania), funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se muestran profundamente preocupados de que se esté incitando y practicando un genocidio en ese país asiático.
Emilia* cuenta que llevó a su familia a México después de que su hermano y dos de sus hijos fueran asesinados en El Salvador, su país natal. De los miles de personas que huyen de América Central a México, ella fue una de las afortunadas. Después de solicitar asilo, México le dio protección y residencia. La gran mayoría no corre con la misma suerte.
Violación, tortura, pillaje, asesinato y desplazamientos forzados signan la nueva y horripilante realidad que padecen las comunidades de Basse-Kotto, en República Centroafricana, a mano de las fuerzas rebeldes de la Unión por la Paz en África Central, denunció la organización de derechos humanos Amnistía Internacional.
La libre circulación de personas debe estar incluida en el Pacto Mundial sobre Migración que se negociará dentro de la ONU en 2018, planteó América Latina y el Caribe, en la primera reunión de una región del mundo para fijar posición sobre el contenido del futuro acuerdo.
San José de Apartadó ha sido un territorio históricamente golpeado por la violencia del conflicto armado en Colombia. A pesar de haber vivido lamentables hechos como el desplazamiento forzado, los homicidios selectivos y las incursiones de actores armados ilegales, entre otras graves violaciones a los derechos humanos, esa población ha sido un ejemplo de resistencia pacífica frente al conflicto armado colombiano.