Las tensiones políticas entre Cuba y Estados Unidos se han exacerbado en las últimas semanas, previo a la asunción de la nueva administración demócrata y la salida del presidente republicano Donald Trump con cuyo mandato los vínculos bilaterales sufrieron un franco deterioro.
Cuando Cuba diagnosticó el 11 de marzo sus tres primeros casos de contagio con el SARS-CoV-2, ya tenía en tensión su sistema sanitario y disponía de una industria biofarmacéutica que se ha fortalecido durante el enfrentamiento de la epidemia.
El gobierno cubano debe decidir este año, en un marco de tensiones políticas y económicas, si entra o no al nuevo acuerdo de cooperación y asistencia entre la Asociación de Estados de África, Caribe y Pacífico (ACP) y la Unión Europea (UE), conocido como Post Cotonou.
El despegue de las relaciones con la Unión Europea (UE) ofrece a Cuba un mejor clima para decidir su ingreso al nuevo acuerdo de Cotonou, eje de la colaboración entre Bruselas y la Asociación de países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP).
El tránsito entre 2018 y 2019 en Cuba tuvo dos peculiaridades. Por un lado, sirvió para rememorar el 60 Aniversario del inicio de un proceso que se propuso transformar el país en cuatro direcciones: independencia nacional, justicia social, buen gobierno y una economía próspera y sustentable. Ese proceso, que ha implicado 60 años de resistencias y sacrificios populares, tomó rápidamente el título que mantiene hasta hoy: la Revolución Cubana.
Durante su primer mes en la presidencia de Cuba, Miguel Díaz-Canel dio muestras de que para gobernar debe salir a la calle, escuchar a la gente y aprovechar, en vez de evadir, a los medios de comunicación, en su camino para ganar y mantener respaldo ciudadano.
“Falta por ver en la práctica”, es la frase que repitieron las fuentes consultadas por IPS sobre las posibilidades que abre para Cuba el último paquete de medidas para este país, establecido por el presidente estadounidense, Barack Obama, y que entraron en vigor este lunes 17.
Barack Obama había nacido hacía solo cuatro días cuando Ernesto "Che" Guevara fustigó públicamente la política hostil de Estados Unidos hacia Cuba durante una cumbre interamericana, reiteró la disposición de Fidel Castro a dialogar para resolver las diferencias en pie de igualdad y conversó en secreto con un enviado de Washington.