Aunque las carreteras que actualmente están proyectadas para ser construidas en la región amazónica producirán desarrollo, también provocarán
deforestación, violaciones a derechos
indígenas, transgresiones a las normas
ambientales y pérdidas económicas.
El etnocidio, la nueva acusación contra la central hidroeléctrica Belo Monte, realza dimensiones más profundas de los conflictos y polémicas desatadas por los megaproyectos en construcción o planificados para la Amazonia brasileña.
“Ahora nos damos cuenta del paraíso en que vivimos”, reconoce Darcirio Wronski, el líder de los productores de cacao orgánico en la región donde la carretera Transamazónica cruza la cuenca del río Xingú, en el norte de Brasil.