De todos los temas sobre los que se han vertido toneladas de tinta y dicho millones de palabras, pero con frecuente escasez de información de fondo, pero en cambio basándose en general en supuestos erróneos que conducen a conclusiones equivocadas, el de Oriente Medio es quizás uno de los más destacados.
Los resultados de una reciente encuesta sobre el pensamiento de 3.500 jóvenes de entre 18 y 24 años en todos los países árabes, excepto Siria, acerca de la situación actual en Medio Oriente y África del Norte, revelan que la gran mayoría de ellos no tiene confianza en la democracia.
Cuando Yemen del Norte y Yemen del Sur se fusionaron en un solo país bajo la bandera de la República Árabe de Yemen en 1990, un diario británico comentó con sarcasmo: "dos países pobres se convirtieron ahora en un país pobre".
Cuando Ibrahim al Badri al Samarrai adoptó el nombre de Abu Bakr al Bagdadi al Huseini al Quraishi y se manifestó como el Amir al Muminin (comandante de los fieles) Califa Ibrahim del autoproclamado Estado Islámico, llamó la atención del mundo entero.
Estados Unidos podría enviar tropas terrestres para combatir al grupo extremista Estado Islámico (EI), si la estrategia que anunció el presidente Barack Obama contra la organización suní no tiene resultados contundentes, advirtió el Jefe del Estado Mayor Conjunto de este país.
Cuando sorpresivamente el Estado Islámico (EI) emergió en la escena en 2013 y en pocos días sus combatientes ocuparon extensos territorios habitados por suníes en Iraq y Siria, hasta los servicios de inteligencia activos en la región tuvieron que admitir su desconocimiento sobre este nuevo protagonista.