La intensa temporada de huracanes que según se pronostica espera al área del Caribe este año, supone un desafío adicional para naciones con economías debilitadas por la crisis de la covid-19 y aún sin recuperarse de los daños de otros recientes fenómenos atmosféricos.
En medio de las medidas de distanciamiento y confinamiento para combatir la pandemia de la covid-19, las poblaciones costeras de India y Bangladesh han debido afrontar los estragos del ciclón Amphan, que tocó tierra el miércoles 20 y ha dejado hasta ahora un saldo de al menos un centenar de muertos en los dos países.
Mozambique aún trata de recuperarse del desastre provocado por dos inéditos ciclones tropicales, mientras la devastación que dejaron tras de sí ahonda la crisis económica interna e impactará en las elecciones que se realizarán en esta nación del sureste de África en octubre.
La caribeña Cuba acaba de ser azotada por un devastador tornado categoría EF-4 (escala de daños de Fujita mejorada, de un mínimo EF-0 y un máximo EF-5). Este tornado cruzó por áreas de su capital, La Habana, en la noche del domingo 27 de enero, con vientos del rango de 300 kilómetros por hora y el triste saldo de cuatro muertes y 195 heridos.
En el este de Cuba las sequías constituyen un desastre natural sufrido desde tiempos inmemoriales, pero en las regiones del oeste y el centro de la isla solían vivir casi ajenas a esta anomalía climatológica… hasta la última que padeció el país entre 2014 y 2017.
Dos veces por semana, Kulsum Begam, de 20 años y madre de dos hijos, pasa más de tres horas de charla con las vecinas en esta aldea de Bangladesh, a 300 kilómetros de Dacca, la capital.
El ciclón tropical Pam, que azotó al estado insular de Vanuatu el 13 de marzo, agravó la situación de vulnerabilidad de los habitantes en los asentamientos informales de la capital, Port Vila.
Será imposible acabar con la pobreza extrema y el hambre con el rápido recalentamiento del planeta, plagado de sequías, inundaciones catastróficas y un clima cada vez más inestable, dijeron activistas que participan en las negociaciones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Mientras Birmania estuvo bastante aislada del resto mundo, entre 2008 y 2013, sufrió grandes pérdidas por causas naturales, una situación que permaneció prácticamente se desconoce fuera de sus fronteras.
En Uttarajand, estado indio ubicado al pie de la cordillera del Himalaya que fue víctima en junio de inundaciones mortales, se cuenta la historia de un niño que todos los días iba al helipuerto a esperar el regreso de su padre, que en realidad había muerto en el desastre.