La jubilada María Josefa Peñalver dejó atrás la depresión y volvió a socializar gracias al proyecto de teleasistencia Acompáñame, que incentivó formas de cuidados y acompañamiento a distancia durante el aislamiento por la covid en la capital de Cuba.
Las autoridades cubanas desplegaron una inusual visibilidad en medios de comunicación y hasta en las redes sociales sobre su respuesta a la violencia machista, durante los 16 días de activismo mundial contra este problema agravado en 2020, como consecuencia de la covid.
Más de 600 madres cubanas cumplieron su sueño de tener casa propia ya sea recién construida o remodelada, como parte de un plan gubernamental que busca estimular la procreación en este país de muy baja tasa de natalidad y acelerado envejecimiento de su población.
Entran por igual a la primaria y la secundaria y se convierten en mayoría en el bachillerato y en las universidades, pero las mujeres jóvenes cubanas tienen menos probabilidades que los hombres de tener un trabajo bien remunerado, una situación que se agudiza en las pequeñas ciudades y comunidades rurales.
Hace apenas cinco meses que la cubana Zoraida Gómez volvió a trabajar fuera del hogar, como secretaria en una policlínica del municipio capitalino de Boyeros. “Estuve ocho años dedicada al cuidado del niño”, contó a IPS.
El parlamento de Cuba publicó un amplio programa legislativo de 2020 a 2022, donde no específica cómo enfrentará la violencia de género, en contraste con pedidos ciudadanos y reiteradas declaraciones oficiales sobre la prioridad de este problema.
La cubana Rosa del Pilar Luque aprendió por tradición familiar el arte de hacer dulces. En 2014, cuando se vio sin trabajo y sola al cuidado de sus tres hijos, decidió usar ese don para iniciar un negocio en el barrio de San Agustín, en la periferia de la capital de Cuba.
Los trabajadores entran y salen del largo pasillo donde vive la jubilada Mercedes Laferté, a la que llaman La Niña, quien vio su apartamento destruido el 27 de enero, en el barrio de Luyanó, cuando un tornado arrasó zonas de cinco municipios de la capital cubana.
Argelia Fellove es una cubana sobreviviente de la violencia machista quien a través del transformismo en espacios recreativos y comunitarios promueve el respeto y empoderamiento de las mujeres, así como masculinidades pacíficas y respetuosas.
“Por problemas de seguridad, ya que he sido agredida en las redes sociales, no atenderé más Facebook”, escribió la emprendedora Kira Romero, luego de hacer público su proyecto Firdaus, que será el primer bazar para musulmanas en Cuba.
Un párrafo en un informe internacional presentado por Cuba reveló por primera vez cifras oficiales de muertes de mujeres por razones de género, un tema tabú en la isla caribeña y que se incorporó al debate público gracias a un mayor acceso a Internet.
Las entidades que realizaron la última encuesta nacional sobre la igualdad de género en Cuba, divulgan ahora sus resultados finales con la mirada puesta en que contribuyan a promover cambios en las políticas públicas y dentro del proceso de reformas legislativas que abre la nueva Constitución.
Cuando a la bióloga marina Ángela Corvea le preguntan por qué es una niña el ícono de su proyecto ambiental Acualina, que ha trascendido las fronteras de Cuba, responde sin dudar: “Porque en lo femenino está la vida, el cuidado, el apego, la fuerza creadora de la vida”.
Banderas cubanas y fotos del líder revolucionario Fidel Castro (1926-2016) adornan las asambleas barriales, en la primera etapa de unos comicios históricos, que comenzó este mes y que concluirá en febrero de 2018 con la escogencia de un nuevo presidente en Cuba.
La mayoría de las madres del municipio más joven de Cuba, Yateras, batallan cada día, entre empinadas montañas y extensas plantaciones de café, con proles de tres y cuatro hijos, lo que duplica la tasa de fecundidad promedio en el país, de 1,72 nacidos por mujer.
Cuba estrena un paquete de normas para la promoción y la protección de la maternidad de las mujeres trabajadoras, que son vistas como positivas pero insuficientes, por no incluir medidas que estimulen la poca participación masculina en el cuidado los hijos.
En la jerga de las calles cubanas, las personas con fe dejaron de ser aquellas creyentes en poderes divinos. Ahora son las que tienen familia en el exterior (FE) y suelen ser vistas como “privilegiadas” por recibir remesas que alivian la dura economía doméstica.