En silla de ruedas, su cuerpo esquelético a causa del avance del sida, (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), Melisa Chigumba, de 38 años, espanta con la mano las moscas que la acosan frente a su casa en Chachacha, 278 kilómetros al sur de Harare, la capital de Zimbabwe.
El cuidado de niños, ancianos y discapacitados en América Latina ha estado a cargo tradicionalmente de las mujeres, que la suman a sus muchas otras tareas domésticas y laborales. Ahora, en la región comienza el debate sobre qué políticas públicas debe adoptar el Estado, para ayudarlas, pero también para ayudar a crecer al país.
Varias décadas de guerra acumularon cientos de problemas en Nepal y Sri Lanka, que se superpusieron unos sobre otros. Y en ambos países, los discapacitados son uno de los más postergados.