Las autoridades cubanas desplegaron una inusual visibilidad en medios de comunicación y hasta en las redes sociales sobre su respuesta a la violencia machista, durante los 16 días de activismo mundial contra este problema agravado en 2020, como consecuencia de la covid.
El parlamento de Cuba publicó un amplio programa legislativo de 2020 a 2022, donde no específica cómo enfrentará la violencia de género, en contraste con pedidos ciudadanos y reiteradas declaraciones oficiales sobre la prioridad de este problema.
Los trabajadores entran y salen del largo pasillo donde vive la jubilada Mercedes Laferté, a la que llaman La Niña, quien vio su apartamento destruido el 27 de enero, en el barrio de Luyanó, cuando un tornado arrasó zonas de cinco municipios de la capital cubana.
Argelia Fellove es una cubana sobreviviente de la violencia machista quien a través del transformismo en espacios recreativos y comunitarios promueve el respeto y empoderamiento de las mujeres, así como masculinidades pacíficas y respetuosas.
Un párrafo en un informe internacional presentado por Cuba reveló por primera vez cifras oficiales de muertes de mujeres por razones de género, un tema tabú en la isla caribeña y que se incorporó al debate público gracias a un mayor acceso a Internet.
Las entidades que realizaron la última encuesta nacional sobre la igualdad de género en Cuba, divulgan ahora sus resultados finales con la mirada puesta en que contribuyan a promover cambios en las políticas públicas y dentro del proceso de reformas legislativas que abre la nueva Constitución.
La municipalización y descentralización territorial se va a profundizar con la nueva Constitución de Cuba, en una de las reformas más importantes que se perfilan en el texto y con la que se pretende impulsar el desarrollo socioeconómico interno.
Una antigua mansión de amplios salones, columnas ornamentales y pisos lustrosos, acoge al centro estatal Prosalud, que avanza hacia una meta todavía inusual en Cuba: cambiar su organización laboral para incorporar la igualdad de género puertas adentro.
Conscientes del largo camino por andar, activistas califican de urgente la atención a los agresores varones en Cuba como parte del enfrentamiento de la violencia de género, que prioriza el apoyo a las mujeres víctimas con lentos aunque sostenidos avances.
La mayoría de las madres del municipio más joven de Cuba, Yateras, batallan cada día, entre empinadas montañas y extensas plantaciones de café, con proles de tres y cuatro hijos, lo que duplica la tasa de fecundidad promedio en el país, de 1,72 nacidos por mujer.
Pendiente de una consulta popular, las autoridades cubanas elaboraron el primer boceto del modelo que aspiran a construir con los cambios iniciados en 2008 y que fueron ajustados entre el sábado 16 y el martes 19, durante el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).
“Hace más de 25 años sufrí violencia psicológica y física, hasta con peligro para mi vida”, confesó la jubilada María Teresa Córdova, que hoy es una activista comunitaria en el barrio de Atarés, en la periferia de la capital de Cuba.
Miriam Fernández tenía siete u ocho años cuando tres de sus tíos y el marido de su abuela la hicieron víctima de su lascivia, en repetidas ocasiones y amparados en la intimidad hogareña. “Creo que lo he superado, pero ya no confío en nadie”, dice esta maestra de enseñanza primaria de 53 años.