Las islas del Pacífico, hasta ahora, se han librado de una propagación catastrófica de la covid, pero sus economías se han visto devastadas por los cierres de fronteras, los bloqueos internos y la desaparición del turismo y el comercio internacionales. Al no avizorarte aún el fin de la pandemia, los habitantes de estas islas apuestan a sus economías locales y regionales para recuperarse.
La pesca costera en las islas del Pacífico se ha convertido en la fuente de alimentación y sustento para muchas personas que han perdido sus empleos, especialmente en las urbes y el sector del turismo, por el eco de los cierres fronterizos y otras restricciones establecidas en el mundo para contener la pandemia de covid-19.
Más de 300 millones de personas, que viven en partes bajas de las costas en el mundo, se verán directamente afectadas por el aumento del nivel del mar para 2050 y podrían ver desaparecer a sus hábitats. Por ello, necesitan que se adopten acciones sin más dilaciones para evitar que sean víctimas de una catástrofe climática.
Al cumplirse este año el plazo fijado para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Unidas, los países insulares del Pacífico evalúan sus éxitos y fracasos en el abordaje de sus metas.
Treinta activistas contra el cambio climático oriundos de 12 pequeños países insulares del océano Pacífico bloquearon en sus canoas, junto a cientos de australianos en kayaks y tablas de surf, el mayor puerto de exportación de carbón del mundo, en Newcastle, Australia.
La rápida migración del campo a las ciudades por la falta de servicios públicos y de empleo en las zonas rurales, genera un profundo cambio social en los países insulares del Pacífico, que se caracterizaron por una fuerte población agraria.