Fomentar la producción de biogás entre los productores agropecuarios parece ser a simple vista una desviación de la finalidad de Itaipú, la gran central hidroeléctrica compartida por Brasil y Paraguay, pero de hecho es parte de su negocio energético.
La central hidroeléctrica de Itaparica ocupó territorio de los indígenas pankararu, pero mientras a otros los compensaron, a ellos solo les tocó perder sus tierras y el acceso al río São Francisco, se quejan líderes de ese pueblo del Nordeste de Brasil.
La construcción de grandes centrales hidroeléctricas en Brasil enfrenta al gobierno y las empresas en numerosas escaramuzas con ambientalistas, indígenas y movimientos sociales. Pero la generadora binacional de Itaipú es una excepción, donde se practica la colaboración.