Para el año 2021, Italia ha recibido la presidencia del Grupo de los 20 (G20), que reúne a los 20 países más importantes del mundo. En teoría, representan 60 % de la población mundial y 80 % de su producto interno bruto (PIB). Si bien el inestable gobierno italiano llevará a cabo esta tarea de una u otra manera (en medio de la indiferencia general del sistema político), el hecho es que esta posición, aparentemente prestigiosa, es en realidad muy engañosa.
Líderes de movimientos juveniles y sindicatos estudiantiles demandaron a las naciones más ricas del mundo que corrijan la respuesta global contra la covid-19, a la que calificaron como increíblemente desigual, sobre todo en el caso de los niños y adolescentes más vulnerables del mundo.
El financiamiento del proyecto global para acelerar el fin de la pandemia covid-19 equivale a lo que el mundo gasta en cigarrillos cada dos semanas, destacaron responsables de la ONU durante un examen de la iniciativa este miércoles 30.
Las Naciones Unidas han estado buscando implacablemente un plan lo adecuadamente ambicioso para el futuro sostenible de la humanidad, volviendo a la adopción de una nueva agenda económica mundial por parte de su Asamblea General en 2015…Y luego llegó la covid-19.
Es triste leer el “Manifiesto para una acción conjunta contra la pandemia”, enviada al Grupo de los 20 (G20), por exgobernantes de 70 países y por diversas personalidades del universo de la economía y de las relaciones internacionales.
Las Naciones Unidas, tomando la palabra al Grupo de los 20 (G20) países industriales y emergentes, de “hacer lo que sea necesario para superar la pandemia” de la covid-19, presentó este lunes 30 un primer plan de 2,5 billones de dólares para que ese empeño de los ricos alcance a los restantes 6000 millones de personas más desfavorecidas del planeta.
A medida que los sistemas de salud de Asia del Este, Europa y América están desbordados intentando contener la crisis del coronavirus, se espera que la covid-19 va a golpear mucho más fuerte a los países en desarrollo.
Mientras ministros de finanzas y economistas llegan a Washington para afrontar los desafíos económicos mundiales, en las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, la mayoría de la población mundial vive con recortes de austeridad y ve cómo se deteriora su nivel de vida.
El temor a graves retrocesos en la política ambiental en Brasil, que el actual gobierno va confirmando con sus medidas, dificultará la puesta en marcha del nuevo acuerdo de libre comercio entre Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Las ciudades tienden a concentrar cada vez más población, en desmedro de las áreas rurales, y enfrentan no solo desafíos sino también oportunidades múltiples. Su nueva agenda incluye desde cuestiones ambientales, la inclusión laboral, la igualdad de género, hasta la inclusión de las minorías y los migrantes.
Las mujeres rurales cumplen un papel central en la producción de alimentos, pero son discriminadas en el acceso a la tierra o son sometidas a través del matrimonio infantil, según concluyó un grupo sobre la paridad de género dentro del G20, durante un encuentro en la capital argentina.
El cambio climático es uno de los principales impulsores de las migraciones y lo será cada vez más. Incluso tendrá un papel más significativo como generador de desplazamientos de personas que los conflictos armados, que hoy provocan enormes crisis de refugiados.
Como presidente este año del Grupo de los 20 (G20), Argentina acaba de dar por comenzada formalmente la tarea de intentar reconstruir los consensos alrededor del cambio climático. Se trata de una tarea difícil, considerando que en 2017 la posición de Estados Unidos llevó a un ruidoso fracaso en este tema.
Otra vez, un país de América Latina lidera el poderoso Grupo de los 20 (G20) países industrializados y emergentes. Así lo promueve el gobierno argentino, que desde el 30 de noviembre preside el bloque, aunque no es claro si esto traerá beneficios internos y globales en un momento de crisis para los consensos multilaterales.
Cómo encarar medidas de adaptación al cambio climático es una de las cuestiones críticas que debe acometer Argentina, señalado por expertos internacionales como un país altamente vulnerable por su ubicación geográfica y su estructura productiva.
De la mano de ONU Medio Ambiente y el BID, el Banco Popular de China (BPC) desembarcó en la capital de Argentina para impulsar al país a adoptar y promover la agenda de las llamadas finanzas verdes, aquellas que sostienen proyectos de desarrollo no contaminantes y que luchan contra el cambio climático.
Los mandatarios del Grupo de los 20 (G20) países industrializados y emergentes afrontarán durante su cumbre del 7 y 8 de julio el reclamo de dos instituciones medicas internacionales, para que aumenten sus esfuerzos en el combate contra la tuberculosis.