El mundo afronta una realidad sombría: más de 820 millones de personas no tienen suficientes alimentos para nutrirse, mientras cada día se desperdicia más comida en el mundo.
Más de 70 países se han unido para comprometerse en alcanzar la neutralidad de sus emisiones de carbono para el año 2050 pero ¿cómo se puede lograr esto? y ¿cómo sería un mundo que dependa solo de energía renovable? La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo explica.
En los últimos años, los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) sufren cada vez más las consecuencias de huracanes, tormentas tropicales y otros eventos climáticos debido al aumento de un grado centígrado en la temperatura global, con respecto a la era preindustrial, y tienen un mayor impacto en las comunidades más vulnerables.
Indonesia logró un crecimiento económico de más de cinco por ciento en la última década, pero para asegurarse un crecimiento sostenible en el futuro será fundamental que explore las energías renovables, reconoció el propio gobierno.
El crecimiento de los movimientos nacionalistas de extrema derecha en Occidente amenaza el Acuerdo de París, alcanzado en diciembre de 2015, coincidieron expertos africanos, reunidos en la siete Conferencia sobre Cambio Climático y Desarrollo de África (CCDA-VII), realizada en esta capital de Kenia.
Las conclusiones de un estudio del IPCC impactaron a la comunidad internacional por las consecuencias reales y agudizadas del cambio climático que se sentirán más temprano que tarde. ¿Y ahora qué?
Los científicos señalan que a pesar de tener suficientes conocimientos sobre el cambio climático, la humanidad no logra revertir el recalentamiento global, y la ventana de oportunidades se cierra rápidamente. Cuanto antes las autoridades escuchen a la ciencia, más rápido podrán reducir las emisiones contaminantes.
En un año con temperaturas históricas y huracanes devastadores, queda claro que Estados Unidos tiene mucho para perder si no toma medidas para reducir el riesgo y el impacto del cambio climático.
Ceylon Clayton trata de recuperar un proyecto de cultivo de musgo marino que él y unos amigos habían empezado hace unos años para aumentar los menguantes ingresos que perciben los pescadores de Jamaica.
Terminar con la falta de fondos de África para acelerar su desarrollo económico y social requiere de un nuevo enfoque para el uso de su capital natural, coincidieron expertos esta semana en la capital de Kenia, donde se realiza la segunda Asamblea de la ONU sobre Medio Ambiente (UNEA 2).
Bangladesh construye muros de contención costeros para proteger a su población y sus tierras frente a la lamentable perspectiva de que en los próximos años millones de personas sean desplazadas por la intensificación de las tormentas y el aumento del nivel del mar, agravado por el cambio climático.
“Las consecuencias negativas del cambio climático amenazan el desarrollo y la existencia misma de los seres humanos en África; la población, los ecosistemas y su biodiversidad única serán grandes víctimas” del fenómeno, subraya el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) de Kenia.
La posibilidad de que Medio Oriente se vuelva inhabitable no es un planteo sensacionalista, sino la dramática conclusión a la que llegaron varias investigaciones sobre las consecuencias del cambio climático en esta región, en especial en la zona del Golfo.
La búsqueda de fondos para hacer frente al flujo de recursos que se necesitan para la adaptación y la mitigación del cambio climático sigue siendo un motivo de preocupación para los gobernantes del Caribe.
Los residentes de Rocky Point, un pueblo de pescadores en la costa sur de Jamaica, se despertaron una mañana de julio con sus jardines y calles con el agua hasta la rodilla. Los fuertes vientos y las grandes olas hicieron que el mar se adentrara 200 metros, inundara las alcantarillas y obligara a las personas a quedarse en sus casas.
El cambio climático reduce el número de algunas especies de peces en los lagos de Uganda y de sus vecinos de África oriental, con consecuencias negativas para las millones de personas que dependen de la pesca para alimentarse y ganarse la vida.
Los países africanos deberían buscar sus propias estrategias para mejorar su adaptación al recalentamiento planetario y mitigar los efectos que el cambio climático tendrá en las futuras generaciones, en vez de seguir dependiendo de la asistencia extranjera.