La Comisión de Canberra sobre la eliminación de las armas nucleares estaba integrada por líderes políticos o militares de antaño, entre otros un mariscal de campo británico, un secretario de Defensa estadounidense y un primer ministro francés.
Una histórica conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Asuntos de Desarme concluyó este viernes 28 en esta ciudad de Japón, haciendo hincapié en la necesidad de un mundo sin armas nucleares, pero sin consenso sobre cómo avanzar hacia la meta.
El mundo se prepara para conmemorar en 2016 el vigésimo aniversario de la apertura del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT, en inglés), mientras que un grupo de personalidades destacadas lanzó una campaña para prohibir esas pruebas.
Setenta años después de los bombardeos atómicos sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, un mundo libre de armas nucleares parece muy lejano.
Al cumplirse 70 años de los bombardeos atómicos sobre Japón, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se hizo eco del reclamo de los activistas antinucleares del mundo: “No más Hiroshimas, no más Nagasakis”.
El testimonio de los supervivientes del bombardeo atómico a Hiroshima y Nagasaki servirá de inspiración a líderes de iglesias cristianas asociadas al Consejo Mundial de Iglesias (CMI), que bregan por la eliminación de la amenaza nuclear en el mundo.
La cantidad de armas nucleares en el mundo descendió levemente, pero la modernización de ese arsenal sigue avanzando, advierte el Anuario 2015 del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz (Sipri), publicado el lunes 15.
Tras casi cuatro semanas de negociaciones, la Conferencia Internacional de Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) tuvo una conclusión previsible, un texto que refleja abrumadoramente las opiniones e intereses de los Estados con armas nucleares y de algunos de sus aliados.
Una alianza de organizaciones religiosas, pacifistas y antinucleares utilizó los tres minutos que se le asignaron en la conferencia internacional de examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que se desarrolla en la ONU, para alertar al mundo de las consecuencias desastrosas de un ataque nuclear.
La Conferencia de las Partes de 2015 Encargada del Examen del Tratado de la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) se celebrará en Nueva York desde fines de abril. Insto a los participantes del encuentro, que se realizará en el 70 aniversario de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, que asuman la responsabilidad de impulsar concretamente el logro de un mundo sin armas nucleares.
El implacable cambio climático y la carrera por las armas nucleares hicieron que el Reloj del Apocalipsis esté dos minutos más cerca de la “medianoche”, simbólica imagen de una catástrofe global .
Un representante de la sociedad civil hizo reír a los presentes cuando declaró su "admiración por el delegado de Estados Unidos que, con una intervención insensible, inoportuna, inadecuada y diplomáticamente inepta, logró disipar la considerable buena voluntad” que Washington había obtenido al participar en la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares.
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe aprobar una resolución que declare violatorios del derecho humanitario internacional a los ataques nucleares sobre las ciudades, reclaman sectores de la sociedad civil.
Este martes concluyó en la capital austríaca la conferencia sobre el impacto humanitario de las armas nucleares, pero antes la ciudad recibió a activistas de todo el mundo para un foro de la sociedad civil organizado por la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, en inglés).
Cuando el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, recibió en la estadounidense Universidad de Harvard el premio Humanitario del Año 2014 se refirió a la importante conferencia internacional sobre armas nucleares que comenzó este lunes en Viena.
En el momento culminante de la Guerra Fría el arsenal mundial de armas nucleares, medido por el potencial explosivo, se estimaba en tres millones de bombas como las que destruyeron Hiroshima en 1945.
“Una de las grandes paradojas de la ciencia moderna" es que los seres humanos buscan vida en otros planetas mientras que las potencias nucleares del mundo mantienen y modernizan sus armas para destruir la vida en la Tierra, sentenció el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.