El fenómeno La Niña, que modifica la atmósfera sobre el océano Pacífico, ya se instaló y amenaza con cambiar los regímenes de lluvias y sequías en varios continentes, incluidas fuertes precipitaciones en el norte de Sudamérica, advirtió este jueves 29 la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Los peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua, que durante los últimos 50 años causaron 11 000 catástrofes y provocaron dos millones de muertes, se mantienen como amenaza sobre un tercio de los habitantes del planeta, alertó este martes 13 la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Los cada vez más furiosos huracanes, las inundaciones, severas sequías y hasta sismos que afectan a las islas del Caribe impulsan a sus países a fortalecer su gestión de riesgos de desastres con enfoques que reduzcan la exclusión de grupos sociales.
Más de 70 millones de niños en América Central y el Caribe están afectados directa o indirectamente por la pandemia covid-19, y la fase más activa de la temporada de huracanes amenaza con agravar aún más su situación, advirtió este lunes 3 el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
La intensa temporada de huracanes que según se pronostica espera al área del Caribe este año, supone un desafío adicional para naciones con economías debilitadas por la crisis de la covid-19 y aún sin recuperarse de los daños de otros recientes fenómenos atmosféricos.
En medio de las medidas de distanciamiento y confinamiento para combatir la pandemia de la covid-19, las poblaciones costeras de India y Bangladesh han debido afrontar los estragos del ciclón Amphan, que tocó tierra el miércoles 20 y ha dejado hasta ahora un saldo de al menos un centenar de muertos en los dos países.
El año que despide Cuba comenzó con un tornado que recordó a los habaneros la destrucción que causaría el paso de un huracán por la capital, transcurrió bajo un recrudecido embargo estadounidense y termina con un tímido crecimiento económico de apenas 0,5 por ciento.
María del Carmen Curbelo no quiere “ni pensar” en que un huracán pase este año por Cuba, ni menos por La Habana. Tampoco las familias vecinas, todas damnificadas del desastre causado en enero por el tornado que atravesó cinco municipios de la capital.
La caribeña Cuba acaba de ser azotada por un devastador tornado categoría EF-4 (escala de daños de Fujita mejorada, de un mínimo EF-0 y un máximo EF-5). Este tornado cruzó por áreas de su capital, La Habana, en la noche del domingo 27 de enero, con vientos del rango de 300 kilómetros por hora y el triste saldo de cuatro muertes y 195 heridos.
Cuando a la bióloga marina Ángela Corvea le preguntan por qué es una niña el ícono de su proyecto ambiental Acualina, que ha trascendido las fronteras de Cuba, responde sin dudar: “Porque en lo femenino está la vida, el cuidado, el apego, la fuerza creadora de la vida”.
En el este de Cuba las sequías constituyen un desastre natural sufrido desde tiempos inmemoriales, pero en las regiones del oeste y el centro de la isla solían vivir casi ajenas a esta anomalía climatológica… hasta la última que padeció el país entre 2014 y 2017.
Hace seis meses, el 18 de septiembre de 2017, el huracán María de categoría 5 azotó a Dominica y causó un desastre inimaginable. Treinta y un personas murieron, otras treinta y tres siguen desaparecidas. Carreteras, puentes, escuelas, hospitales y más del 40 por ciento de las viviendas quedaron destruidas o severamente dañadas.
El mundo marca dos días internacionales claves este mes: uno para la Erradicación de la Pobreza el 17 de octubre y otro para la Reducción de Desastres, cuatro días antes. No es coincidencia que estén profundamente conectados.
Cuando aún se carece de una evaluación oficial de los daños causados en Cuba por el huracán Irma, pocos dudan de que el costo de su impacto sobre 13 de las 15 provincias del país, resultará considerable y repercutirá negativamente en los planes de desarrollo del país.
A cuatro días de iniciada la recuperación por el azote del huracán Irma, los árboles y cables caídos cubren calles de la capital cubana, algunas de ellas siguen intransitables. La situación se repite en las 14 de las 15 provincias cubanas afectadas por el ciclón.
Los huracanes, cada vez más intensos y destructivos por el cambio climático, obligan a Cuba y otros países del Caribe a aumentar sus previsiones para proteger sus ciudades y construir viviendas y edificaciones más seguras y resistentes a fuertes vientos y lluvias inclementes.
El mundo todavía celebra el Acuerdo de París, el principal resultado de la 21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.