Una sequía de tres años, que se sumó a la deforestación masiva de sus bosques durante las últimas décadas, secaron la mayoría de las fuentes superficiales hídricas de Nicaragua y sumieron a su población en una crisis cada día más acuciante de acceso al agua potable.
Nicaragua, el país centroamericano con más fuentes de agua dulce de la región y donde el líquido es incluso parte de su nombre, sufre una de sus peores crisis del recurso en sus últimos 50 años, en un problema alimentado por la variabilidad climática y agudizado por la deforestación y la degradación de los suelos.
La ley que aprobó el gobierno de Nicaragua para entregar en concesión a una empresa china la construcción y administración de un canal interoceánico derogó el marco jurídico que protege el lago Cocibolca, el más grande de América Central, sus cuencas y afluentes.