La educación en casa, la inclusión de la capitalización individual en la previsión social y la ampliación en el acceso a armas de fuego son medidas del nuevo gobierno de Brasil que indican su opción por más individualismo en la sociedad.
Las protestas en Santiago de Chile contra la visita del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, del 21 al 23 de marzo, son una muestra de la molestia que genera en las sociedades de los países participantes en el flamante Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur).
Reformar el sistema de previsión social será la primera y decisiva batalla del nuevo gobierno de Brasil, cuyo desenlace se espera para para mediados de este año y debe dictar el futuro de la extrema derecha en el poder.
La desigualdad se suele medir por la disparidad de ingresos y patrimonio, pero sus factores y dimensiones se multiplican en un país como Brasil. Reducirla es una tarea compleja y al parecer aplazada por la quiebra del poder de la izquierda.
Este será un semestre decisivo para la suerte del gobierno de Michel Temer en Brasil. Por su propia voluntad, se votará en el legislativo Congreso Nacional una drástica reforma del sistema de previsión social.
Las míseras pensiones que recibe la mayoría de jubilados en Chile han motivado las mayores protestas de los últimos años en las que los ciudadanos exigen un nuevo sistema previsional que entierre el impulsado por la dictadura.
La precaria situación de los jubilados en Chile empeoraría aún más si se aprueba una polémica iniciativa, que propone hipotecar sus viviendas para aumentar sus paupérrimas pensiones, la mayoría en manos privadas y que promedian 230 dólares mensuales.
Dos de las promesas con que se promovió hace 16 años la privatización del sistema de pensiones en El Salvador, se han convertido en un fracaso. No hubo mejora en la cobertura ni en la calidad de sus prestaciones y ahora crece la presión por su reforma.
En los últimos 13 años, Michael Ndah, de 37 años, trabajó para tres constructoras de carreteras en Camerún, pero solo en los últimos dos años su empresa actual lo inscribió en el Fondo Nacional de Seguridad Social (CNPS, en inglés).
La pediatra Grisel Navarro dice ser una "jubilada diferente", porque siguió vinculada a su profesión, sale a pasear y se niega "a estar a merced de todas las necesidades familiares y de todos", una realidad que le resta calidad de vida a muchas cubanas a la hora del retiro laboral.