Mientras la atención del Kremlin se dirige a Ucrania, el Emirato del Cáucaso, un grupo armado que busca crear un estado islámico en el norte del Cáucaso, amenaza la seguridad interna de Rusia de nuevas maneras.
Una amnistía a detenidos y convictos de alto nivel y el indulto al preso político más famoso de Rusia no logran abatir las críticas sobre el dudoso respeto a los derechos humanos en este país.