Las organizaciones de asistencia internacional que actúan en el noreste de Siria alertan con gran alarma sobre las bajas civiles y una inminente crisis humanitaria que provocaría la ofensiva militar de Turquía contra fuerzas kurdas que operan al otro lado de su frontera.
Las últimas imágenes tomadas en Sur, el casco histórico de la sudoriental ciudad turca de Diyarbakir, que está sometida a un férreo bloqueo de las fuerzas armadas de Turquía desde hace 60 días, exhiben un grado de devastación que más cabría esperar de Siria.
Las gestiones para hallar una solución política a la guerra civil de Siria, que comenzó en marzo de 2011, continúan. En la última semana, distintos grupos opositores al gobierno de Bashar al Assad organizaron tres conferencias con ese fin.
Aunque se vivieron meses de violencia y de disturbios, el ánimo era bueno en Diyarbakir, la mayor ciudad kurda de Turquía, antes de las elecciones del domingo 1 que dieron una contundente y sorpresiva victoria al gobernante Partido de Justicia y Desarrollo (AKP, en turco).
El domingo 1 de noviembre Turquía acudirá a las urnas por segunda vez este año, para elegir a los 550 legisladores de su Gran Asamblea Nacional, en elecciones anticipadas convocadas por el presidente Recep Tayyip Erdogan a finales de agosto.
Los soldados saludan a la bandera, o sonríen mientras cogen en brazos a niños rescatados del horror de la guerra. Son los murales de la 12 División de Infantería iraquí, todavía visibles a la entrada del campamento K1, al oeste de la ciudad de Kirkuk.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtió que 440.000 refugiados de la guerra civil de Siria podrían pasar hambre, si la organización de ayuda alimentaria de la ONU no recibe fondos adicionales para agosto.
El resultado de las elecciones en Turquía el domingo 7 acabó con la incertidumbre que dominó a la política nacional en los últimos tres meses. Por primera vez en la historia de esta república transcontinental, un partido kurdo ingresó al parlamento, donde ocupará 15 por ciento de las bancas.
En el conflictivo Medio Oriente, las minorías étnicas o religiosas son amenazadas, atacadas y expulsadas de sus países de origen por organizaciones extremistas como Al Qaeda y Estado Islámico (EI).
Gran Bretaña ha sido acusada de "sonambulismo" en la crisis de Ucrania. La imputación viene nada menos que de la Cámara de los Lores, que normalmente no es considerada un manantial de análisis crítico.
“¿Volver a casa? Sería un suicidio, los islamistas nos cortarían el cuello sin vacilar”, explica Jalil Hafif Ismam. El temor de este refugiado resume el de uno de los pueblos más antiguos de Mesopotamia. Y el más diezmado.
Nunca hubo nada particularmente reseñable en esta ciudad del norte de Siria de 25.000 habitantes. Pero actualmente se ha convertido en el laboratorio para uno de los experimentos políticos más innovadores en toda la región de Medio Oriente.
Las paredes de la Asociación para los Mártires de Serekaniye están repletas de las fotos de los muertos por la guerra de esta localidad en el norte de Siria. Ali Jalil los conoce bien. Los ha enterrado a todos con la ayuda de Diar, su hijo de 13 años.
Cuando Estado Islámico (EI) capturó las armas estadounidenses que soldados iraquíes abandonaron en su huida ante la avanzada de ese grupo extremista, uno de sus líderes habría dicho con sarcasmo: “Esperamos que Estados Unidos cumpla con lo acordado y le haga el mantenimiento a nuestros helicópteros”.
Estados Unidos lanzó armas y provisiones desde el aire a los combatientes kurdos en la ciudad siria de Kobani, en la frontera con Turquía, en lo que implica la intensificación de los esfuerzos de Washington para "degradar y destruir" al grupo extremista Estado Islámico (EI).
La esperanza de que la estrategia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, alcanzase una rápida victoria contra el grupo extremista Estado Islámico (EI) se esfumó en medio del creciente temor de que la ofensiva aérea encabezada por este país apenas haya reducido el ritmo del avance de ese movimiento armado en Siria e Iraq.
El presidente de Iraq, Fuad Masum, anunció que el gobierno busca un suní independiente para ocupar el cargo de ministro de Defensa, en un esfuerzo por mejorar las posibilidades de reunificación del país y de derrotar al grupo extremista Estado Islámico (EI).