“La irracionalidad es un espasmo, la racionalidad volverá, pero la travesía es muy dolorosa”, se quejó el embajador jubilado Marcos Azambuja al hablar sobre el desplome de la credibilidad internacional de Brasil.
La economía será el eje central de la política exterior del nuevo gobierno de Brasil, aún interino y en búsqueda de encauzar una crisis fiscal que contribuyó en forma decisiva a abrir un juicio de inhabilitación a la suspendida presidenta Dilma Rousseff.
La economía deteriorada, aunque en distintos grados, es común a los países sudamericanos donde gobiernos llamados de izquierda tienden a caer sucesivamente, en un vuelco iniciado en Argentina y que debe seguir en sus vecinos al norte.
Como uno de los supuestos principales blancos del control cibernético estadounidense, Brasil intenta desentrañar una trama de espionaje de tecnología de última generación con recursos artesanales similares a los descritos en las novelas del inglés John le Carré.